lunes, 11 de octubre de 2021

Reseña: El color púrpura de Alice Walker

 Ficha técnica

Título           

El color púrpura 

Autor

Alice Walker

Editorial

Debolsillo

Primera edición

2018

Impresión

España

ISBN 

9788466344074

Querido lector, nunca me cansaré de decir que toda literatura es válida en alguna medida. Sea por el estilo del escritor, la estructura y profundidad de lo escrito, lo original o común la trama, el desarrollo de personajes, etc. Algo bueno debe tener. Y si bien también puedo afirmar que, si una novela, cuento, poema o la obra que sea, goza de aceptación, antes de amarla o condenarla hay que analizarla, también me parece un buen ejercicio de salud crítica poner en tensión aquellos diferentes aspectos antes nombrados, entre muchos otros, para entender porque una obra es aceptada o rechazada. Comienzo con este pequeño párrafo, porque haberme acercado a esta obra a través de una lectura conjunta, me deja un mal sabor de boca, a causa de las críticas, a mi parecer sesgadas (no por ello mal argumentadas), recibidas a este libro.

Ahora bien, Alice Walker, autora de El color púrpura, ganó un premio Pulitzer con este libro, lo cual de entrada ya nos puede dar una intuición de aquello con lo que nos encontraremos, pues este premio no se limita a la literatura, sino también al periodismo, esto último, parte de la profesión de Walker. En ese sentido, no tenemos a un literato en estricta manera. No. Sino la presentación de una investigación en forma de novela. Pero, ¿acaso la buena prosa es exclusiva del literato? ¡Por supuesto que no! Ahí tenemos, por ejemplo, a García Márquez, que durante una larga parte de su vida se desenvolvió escribiendo artículos periodísticos o columnas, como fue en el diario El Heraldo, y más precisamente su texto Crónica de una muerte anunciada, que basada en hechos reales. En el caso de Walker, esta influencia se deja ver en su estilo de principio a fin, pero esto lo retomaré más adelante.

La novela se ambienta en el sur de Estados Unidos entre los 40 y los 60, por datos como los primeros carros de motor que llegaban a las zonas rurales. Ahora bien, tiene dos protagonistas principales: las hermanas Celie y Nettie. Celie es la mayor, y es la que más tiene intervención a lo largo de la novela, mientras la historia de Nettie, tomará relevancia ya con acontecimientos algo avanzados.


Celie vive con su hermana, su padre, su madre y otros pequeños, pero, al parecer, por razones naturales, la madre enferma y su padre somete a Celie a lo que su madre se niega:

Querido Dios:

Tengo catorce años. Soy. He sido siempre buena. Se me ocurre que, a lo mejor, podrías hacerme alguna señal que me aclare lo que me está pasando […] Él (el padre) no me dijo ni una palabra amable. Sólo: Eso que tu mamá no quiere hacer vas a hacerlo tú. Y me puso en la cadera esa cosa y empezó a moverla y me agarró los pechos y me metía la cosa por abajo y, cuando yo grité, él me apretó el cuello y me dijo: Calla y empieza a acostumbrarte. Pero no me he acostumbrado. Y ahora me pongo mala cada vez que tengo que guisar. Mi mamá anda preocupada, y no hace más que mirarme, pero ya está más contenta porque él la deja tranquila. Pero está demasiado enferma y me parece que no durará mucho.

Desde el inicio de la novela se puede comprender el tipo de sufrimiento por el que va pasando Celie desde corta edad, pues no solamente es abusada sexualmente por su padre, sino que se enfrentará con la dificultad de ser una afroamericana, en un ambiente machista y retrógrado. En otras palabras, enfrentará el problema de las libertades asumidas y aceptadas a los hombres, y la represión que sufren las mujeres. Por ello, la historia de Nettie, al menos contada de boca de Celie, inicia poco después de ser pretendida por un hombre de la edad de su padre. Este último será conocido la mayor parte del tiempo como Mr.

El padre de las niñas se niega absolutamente a entregar a la menor al hombre, y no por filantropía, sino que se intuye acciones perversas por las que pasó Celie. Por ello ofrecerá a esta última, adulándola, ya que es buena para guisar (cocinar) y los oficios de la casa, aunque algo tonta y mentirosa. Además, Celie ya no puede procrear, pues de dos embarazos que tuvo con su padre, al parecer, quedo estéril. Mr. En última instancia aceptará a Celie, para que se encargue de todo en la casa. Sobre el desenlace de los hijos de esos embarazos, habrá tela que cortar cuando leas la obra.

Lo que comienza a remarcarse desde el principio de la novela acerca de las hermanas, es una diferencia clara, y no precisamente a nivel físico. Mientras Celie está totalmente dedicada a ser ama de casa, tiende a una personalidad sumisa y obediente. Le dicen constantemente que es bruta o tonta y ella asume ello. En contraposición, cuando ella habla sobre su hermana menor, siempre resalta su inteligencia. Además, Celie frente a los golpes es igualmente dócil, a tal punto que lo toma por un comportamiento común para que una mujer obedezca las órdenes del esposo. Es poco o nada arriesgada, y esto, junto al amor por Nettie, la llevará no solo a protegerla, sino a motivarla para que huya de ese horrible lugar.

Ahora, Si has leído hasta acá, querido lector, créeme que no te he adelantado gran cosa, porque lo que aquí expongo es incluso menos de las primeras diez páginas. La historia crecerá casi exponencialmente en personajes como en situaciones complejas, dejando entrever esos lugares comunes que gozan de machismo, sexismo, conservadurismo, violencia, xenofobia e injusticia. Tal será la presentación de estas problemáticas, que escalará no solo al grupo social donde se desenvolverá Celie, sino que parece existir en la obra una crítica transversal a todo grupo humano; pues muchos de esos reprochables patrones de comportamiento en el ambiente de nuestra protagonista, se presentan en otras culturas.

Hay que especificar que la estructura del texto está dada a partir de cartas. Cartas, que como puedes darte cuenta en la cita más arriba, son dirigidas a Dios la mayoría de veces. Y esto hace, en mi opinión, más creíble la situación del personaje. A ver si me hago entender.

La crítica que se le hacía desde el grupo de lectura conjunta en el que participé, era hacia el estilo de la autora. En palabras de uno de los participantes, era que “no había lenguaje”. Es decir, no era un estilo que se identificara propiamente literario, o de una narración de alto nivel. Y es que, si destaca en algo en cuanto a estilo, es el hecho de que la mayoría del texto es sencillo, largando a lo tosco. Esto hizo que algunos participantes no lo terminaran, por no soportarlo.

Por mi parte, y favor de la autora, debo decir que me encontraba en desacuerdo con ellos. Como dije anteriormente, el color púrpura es una novela de carácter epistolar. Seguido de esto, quien escribe las cartas, en su mayoría cortas, es una mujer que no solo no terminó la escuela, sino que la forma de expresarse debería no gozar de un vocabulario rico en todo sentido posible. De hecho, su desconocimiento es tal, que carece de palabras para describir con holgura las experiencias que comenzará a descubrir. Así, siento que hay un desarrollo correcto, al menos de este personaje, en cuanto al lenguaje, pues si bien no llega a ser complejo en ningún sentido conforme avanza, si se siente un crecimiento en ese y otros sentidos.

Lo que me parece que sí falla, y ahí si estaría de acuerdo con los críticos del meet, es que esa sensación de superficialidad lingüística recae en la hermana, Nettie, de la cual tendremos noticias, cuando se describe como una mujer inteligente, que devora libros y conoce más mundo que Celie, lo que haría que alcanzara una mejor expresión tanto oral como escrita. Es decir, excepto por variados pasajes, lo plano de Celie que parece natural, en Nettie se siente artificial.

Continuando con los desatinos, el título me parece que no logra atrapar la esencia del contenido del libro, pues si bien tiene lógica a partir de la primera experiencia que tendrá Celie con ese color, dicho acontecimiento parece no tener el peso y/o relevancia suficiente, para englobar lo que ocurrirá en su vida de principio a fin. De hecho, suceden tantas cosas, con tantos saltos en el tiempo que quedan vacíos de contenido, que incluso se siente que la lectura queda a veces cortada.

Esta novela explora esos defectos humanos que lleva a hundir la vida de otros por creencias no fundamentadas, y alcanza a tocar espacios de mayor riesgo, pero de forma sencilla y natural, como lo es la homosexualidad o principios de ateísmo. Desenvuelve de forma satisfactorio, sin embargo, el final es flojo. Se cierran muchas historias y quedan otras en un continuará, lo cual es algo normal, pero parece un llamado a la paz y al perdón de todos los actos, más por cansancio y costumbre, que realmente por una seria meditación y retractación.

Sea como fuere, es una novela que vale la pena más allá del estilo plano, al menos, si no has leído nada respecto a la situación de la mujer y los negros, pero que, por extensión, se asemeja a un larguísimo reportaje endulcorado con estilo literario.

Con atento cariño, R31K3




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