lunes, 28 de junio de 2021

Reseña: Carmilla de Sheridan Le Fanu

 

Ficha técnica

Título

Carmilla

Autor

Sheridan Le Fanu

Editorial

Instituto Distrital de las Artes – IDARTES.

Primera edición

2014

Impresión

Bogotá

ISBN

9789585855380

   

El vampiro es un personaje mítico de la literatura que, tanto su apariencia como características, cambian a través del tiempo. Pero más allá de los vampiros modernos, que pueden variar de las reconocida Crónicas vampíricas de Anne Rice, al polémico Crepúsculo de Stephenie Meyer, el nombre Drácula, nombre legado a través, tanto de la cultura pop como del consumismo, que nos ha regalado un sinfín de representaciones, se entrona como el vampiro ideal.

En ese sentido, hasta de las bestias mitológicas, soy un fiel defensor de lo clásico. Pues, si bien es entendible que mentes inquietas quieran renovar con su visión aquellos seres e historias que los apasionan, siempre es bueno retomar aquellos textos que arrastra su historia hasta llevarlos a lo alto que están.

Por eso, a favor de los orígenes de los bebedores de sangre, traigo la reseña de Carmilla de Sheridan Le Fanu.

Hay que tener en cuenta que Carmilla hace parte de un libro más extenso de historias llamado En un vidrio misterioso, el cual consta de un total de cinco relatos que datan de 1872. Esto dice mucho, ya que la colección no tiene centralidad en lo vampirésco, sino en la investigación paranormal. Así, tendremos, al doctor Hesselius. Un hombre interesado en lo paranormal.

El prólogo no puede darse más tentador, como ingenioso, ya que es una apertura que de entrada nos invita al convencimiento de que lo que se leerá enseguida, es un escrito que hace parte de un ensayo del doctor Hesselius. Algo así como la evidencia que sustentará las tesis que allí presenta.

A partir de este pequeño preámbulo, la historia se abrirá con el lugar de los sucesos: Estiria. Lugar actualmente localizado en Austria, y por cuya descripción, es una zona rica en tradiciones medievales, y nuestros protagonistas no están exentos de ello, pues viven en un castillo. Y más allá de lo que se pueda creer, la razón es de legado como de economía, pues el dinero en esas zonas, permite gozar de lujos que en otros lugares no.

De extensos bosques y de ambiente solitario, pues de castillo a castillo, como de pueblo en pueblo, hay millas y leguas de distancia, tenemos un paisaje, que si bien no se pinta lúgubre o netamente espantoso, sí comenzamos a ver la facilidad en que puede escalar diversos problemas. Por ejemplo, la comunicación.

 

He dicho que el lugar es muy apartado. Usted verá si no estoy diciendo la verdad. Al mirar por la puerta principal hacia la carretera, el bosque que rodea nuestro castillo se extiende quince millas a la derecha, y doce a la izquierda. A unas siete millas en esa misma dirección, o sea a la izquierda, queda el pueblo habitado más próximo. Y a una distancia de aproximadamente veinte millas en sentido contrario se halla el más cercano castillo de alguna importancia histórica, el del viejo general Spielsdorf.

 

Ahora bien, para darle más fuerza a todo, la historia está relatada como un recuerdo. En primera persona, y con la fuerza de la memoria, los eventos, que se describirán como traumáticos, son relatados por parte de una joven: Laura. Esta vivirá en el castillo con su padre, y su servidumbre constituida por Madame Perrodon y mademoiselle De Lafontaine, esta última su institutriz.



La distancia entre dominios, hacía que no solo se conociera más o menos los lugares más próximos, sino que los “vecinos”, llegaran a visitarse unos a otros, en un ejercicio, tanto de estrechar lazos, como se mantener la seguridad en esas amplias áreas. Esto llevaba a Laura a recibir visitas por parte de otras jóvenes, como ella el visitarlas.

Todo comienza a tornarse interesante, una noche de ambiente melancólico, en que hablando con su padre, una escena extraña llega a sus ojos:

 

primero dos jinetes cruzaron el puente, seguidos de un coche tirado por cuatro caballos, con dos hombres montados detrás. Evidentemente era el coche de una persona de alto rango, y al instante quedamos fascinados frente a un espectáculo tan inusitado. Pocos instantes más tarde, el espectáculo se volvió aún más interesante, ya que, apenas pasada la cumbre del alto puente, uno de los caballos que tiraban el coche, el que iba adelante, se asustó. Su pánico contagió a los demás, y luego de corcovear desesperadamente, todos arrancaron en un galope desenfrenado y, sobrepasando a los jinetes que iban en primera fila, vinieron tronando, desbocados, hacia nosotros a la velocidad de un huracán.

 

El accidente termina con una mujer de aspecto imponente, y de actitud extraña, junto a una pequeña en brazos del mismo carruaje. La pequeña era hija de la mujer, y en resumidas cuentas, a causa de su debilidad, era más fiable que la pequeña recién llegada se quedara, gracias a la amabilidad de la cautivada Laura y su padre, en el castillo, a arriesgarse a un viaje que empeorara su salud. Así, a promesa de volver por ella, la chica, que se llamaba Carmilla, sería, en adelante, una nueva huésped.

Hasta acá, más allá de lo pensable, no había mayor extrañeza que el mismo accidente, sino fuera porque la presunta madre de Carmilla, como la misma joven, no permiten saber nada acerca de ellas. Nada de su pasado es revelado, ni siquiera frente a la creciente amistad con Laura, como por el hecho de que el padre de Laura hizo la promesa de no intentar buscar en sus pasados.

Acá tendremos dos eventos paralelos que comienzan a generar el enrarecimiento del ambiente. Por un lado, una misteriosa enfermedad, que solo ataca a las jóvenes, comienza a rondar las zonas cercanas. Enfermedad que termina siempre en la muerte. Por el otro, Carmilla tiene una rutina extraña de comportamiento, aducido a una enfermedad. No solo es lángida en apariencia, sino también en actitud. A esto se suma los horarios poco comunes que maneja, pues se levanta en las tardes, e impide el acceso a su habitación hasta que ella misma abre la puerta.

Puedo asegurar que leer Carmilla es una experiencia particular. No solo porque yo había tenido ya la oportunidad de hacerlo, sino porque es volver a aquellas primeras formulaciones de la mitología vampírica, que si bien había unos mínimos, como que beben sangre para subsistir, como la vida nocturna y habilidades que rayan en la magia, es un viaje delicioso a esa construcción del cual hacemos parte.

Por que sí. En nuestras mentes tenemos un modelo de vampiro ya modelado, pero que no deja de transformarse día a día por nuevos creadores. Pero en Carmilla, como en los clásicos, encuentro un valor realmente importante: el miedo.

Los extensos bosques, la soledad de la distancia, el aislamiento como forma de vida, la dificultad en las comunicaciones, el misterio de las bestias que viven en la oscuridad, etc. Hacen que, si te metes de verdad en el cuento, y tratas de eliminar esa mala costumbre que muchos tenemos de deducir como va a hilarse los acontecimientos, hacen que realmente lo disfrutes.

También Carmilla toca fibras delicadas para la época. En especial, la tendencia al lesbianismo. Porque sí, Carmilla tiende a amar abiertamente a Laura. Pero ese amor es no solo a nivel de amistad, y mejor, labra en la seducción y el erotismo.

He de anotar que muchos puntos de fuga quedan si determinarse al final del cuento, pero tiene sentido en la medida en que es la vivencia de alguien que, dolorosamente, sobrevivió a un ser sobrenatural, y como dije al principio, debe convencer que es un testimonio anexo a un ensayo sobre estos seres.

Cabe objetar que hay momentos en que los personajes se sienten más allá de ingenuos, a meramente tontos. Pero es comprensible en la medida en que están atravesados por la naciente ciencia, que desencanta al mundo de las creencias. O dime tu, amigo mío, si haciendo de buen corazón como couchsurfing, aceptases a un extraño en tu casa, el cual no tiene un comportamiento extraño, más allá de sus irregulares horarios, no molesta, y de echo es buena persona, comienza alguien de la casa a languidecer y enfermar, ¿aceptarías que es naturalmente una enfermedad, o que realmente tu visitante es un vampiro?

Un cuento largo que hace parte de la historia de la construcción del mito del vampiro occidental, Carmilla, de Sheridan Le Fanu, es un texto que puedes leerte en una tarde, y aportar mucho si te gusta la literatura del terror.

Con muchos gusto, R31K3

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