Ficha técnica |
|
Título |
El monstruo pentápodo |
Autor |
Liliana Blum |
Tipo |
Novela |
Editorial |
Editorial Planeta Mexicana |
Primera edición |
2019 |
Impresión |
Colombia |
Páginas |
268 |
La obra
De entrada, mi preámbulo de esta novela hace parte de la conclusión. ¿Por qué comenzar con esta aclaración? Porque este libro es de aquellos objetos que, dependiendo del lector (como con todo otro libro, en principio) exige un "ver más allá". Un verdadero abrirse a lo narrado y hallar internamente herramientas que te permitan entender la situación y tener una medida justa entre empatía, comprensión, objetividad, y otros, para conllevar lo que entra a tu vida a partir de su lectura.
Fácil, al grano y sin anestesia, pues así es la vida, El monstruo pentápodo es una historia de pedofilia. Una temática difícil de nombrar (y mucho más de digerir par algunos) cuando es uno de los tantos problemas que azota la sociedad contemporánea, y que ha sido una de las permanentes generales de la historia humana.
Raymundo, el victimario, nos es presentado en toda la extensión de sus tendencia desde la página uno, en el primer capítulo llamado Epifanía: "¿Cuántas veces a lo largo de los años había estado a punto? No podría contarlas. Recordó los días que le siguieron al incidente con aquella niña; habían sido especialmente difíciles".
De pensamientos suicidas, con botella en mano, y antecedente de una pequeña (es lo que se entre ve), busca una razón para continuar o detener sus predisposiciones, sea positiva o negativa, al tiempo que deambula en pensamientos originados en su inestabilidad mental. Por ello, a pocas horas de contemplar el suicidio salta a considerar la posibilidad de matar a quien fuera, pues "¿Qué diferencia haría si lo hubiera hecho? Un muerto más, un muerto menos. No iba a romperse ningún equilibrio ecológico: si algo sobraba en el planeta eran los seres humanos".
Y así, a solo un día de tales delirios, recibió, como un signo divino, la encarnación de sus inclinaciones; cuerpo y símbolo, carne y sentido, una pequeña que lo estremeció hasta el resquicio más ínfimo de su existencia.
"La erección firme fue casi inmediata y su turgencia lo revitalizó. Al abrir los párpados, la encontró todavía más bella. Tanto, que por un segundo olvidó en dónde se encontraba. Era imposible pensar o hacer cualquier otra cosa: su cuerpo y su mente convergían en ella".
Esa señal, toda una epifanía, será para Raymundo la pequeña. ¿Un plan? ¡Por su puesto! Uno que tendrá constantes sube y bajas, además de una imaginación demencial acerca de como funciona la mente de una niña; se suma la suerte y la ayuda de Aimeé, una mujer que debido a su situación hará de cómplice de Raymundo.
Opinión y crítica
A nivel de forma, la novela de Blum está redactada de una manera sencilla. Consta de algunas estrategias combinatorias. En primer lugar tenemos la tercera persona omnisciente como narrador, que funciona en los apartados de Raymundo; en segundo lugar, se cuenta con un diario y cartas por parte de Aimeé que nos van relatando una parte que completa la historia. También tendremos, un poco más allá de la mitad, la experiencia de Susana, la madre de la víctima. A esto se suma que entre apartados encontramos citas de otras obras que hacen eco de la pedofilia, el secuestro, la obsesión, entre otros. Todas estas partes congenian de manera bastante natural al momento de leerlo.
Tuve la fortuna de estar en un meet con el grupo que se realizó la LC en el que participó la autora. Esto me permitió confirmar el estilo fragmentario y esporádico de la autora, además de la coherencia y cohesión que logró a partir de este método (todo pasado, por su puesto, por edición). No es poco frecuente que esto libros cortos tengan fraccionamientos constantes que permiten una mejor lectura; lo interesante de este en particular es que logra atrapar página a página la atención en una construcción fácil de seguir y sentir. ¿Por qué podría existir dificultad?
La cosa es que existen dos líneas temporales. La primera, en el pasado, constituida por la perspectiva de Raymundo y la madre, que abarca todo el plan que él monta sobre el objetivo del secuestro (entre otras ideas retorcidas), y cómo Susana vivió el suceso; la segunda, en el presente, es la perspectiva de Aimeé, donde fue ya atrapado Raymundo y ella está en la cárcel. Es una narración mucho más personal y una actitud confesional y pasional, discurriendo hasta el arrepentimiento.
Esta configuración tan variable da como resultado la satisfacción de enfrentar un libro que se acerca a la no ficción en situaciones incómodas para unos e interesantes para otros. Nada más hay que revisar reseñas online para entender como el tema y la manera en que está escrito lleva a despertar verdadera empatía o repulsión.
En eso radica otro elemento, que además fue manifiesto por la autora. El presente no es, entiéndase con claridad, ninguna apología a la pedofilia; mejor, es el resultado de mostrar escenarios reales a través de la literatura que pueden causar escozor y miedo al mismo escritor. Si se quiere ver de otra forma, tómese como una crónica o en su totalidad como no ficción. Sea como sea, lo importante aquí es esa temática (entre otras, estoy seguro) que sufren de un tabú tan amplio que ni siquiera las letras se ven libres de mostrarla abiertamente.
¿Errores? Bueno, al menos para mi algunos que son nimios en comparación a la obra como totalidad. Por ejemplo, cuando se introduce el personaje de Susana, madre de la víctima, han pasado semanas desde la desaparición de su pequeña, pero se nos da a entender que solo después de tanto tiempo, luchando contra sus demonios, es que se pregunta, entre otras cosas, ¿cómo se habrá sentido su hija al entender que no volvería a casa? Preguntas que irían en el principio de la narrativa desde su experiencia. Contiguo, Raymundo presenta ciertos razonamientos que pueden llegar a ser interesantes acerca de la vida misma, característica esta última que se esfuma desde que inicia sus planes para el secuestro. De allí en adelante es totalmente consistente.
Se me escaparán un montón de cosas positivas, como lo especial que resulta el personaje de Aimeé, que personalmente fue mi favorito, sin hablar de su excelente evolución. Además, las escenas más explícitas, que si bien son necesarias en el desarrollo y estilo de la novela, no son el culmen de tal, pues la profundidad de la problemática es aun más atrapante como relevante. Sin dejar de lado, por su puesto, el componente moral que hizo intervenir ampliamente a los participantes de la LC, como a identificarnos con algunas circunstancia.
¿Conclusión? Momentos desgarradores, personas rotas por el mundo, víctimas y victimarios, una realidad que no deja inocente a nadie y mucho menos sensibilidades intactas ante la crudeza que está en el seno de, incluso, nosotros mismos. En resumen, un libro super recomendable, según yo, sin importar tu edad, gustos o nivel lector, pues de este estilo actualmente hay muy pocos de buena calidad (por ejemplo, las aberraciones amater de ciertas plataformas) que trata con toda la seriedad y responsabilidad debida un tema sensible en muchos sentidos.
Muchas gracias si llegaste hasta este punto, y mil más si a partir de aquí te he motivado a leer este libro. Un saludo fraterno.
Jeisson - R31K3
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