domingo, 23 de abril de 2023

Reseña: 22/11/63 de Stephen King

Ficha técnica

Título

22/11/63    

Autor

Stephen King

Tipo

Novela

Editorial

Plaza & Janes

Primera edición

2012

Impresión

México

Páginas

859

La obra

Hacer justicia a King es difícil y no solo por su extensión, sino por el hecho de que a cada paso que te sumerges en espacio tan basto, encuentras elementos no solo difícil de clasificar, sino aún más interesantes de explorar. Por eso, de entrada y sin duda, me alegra de todo corazón en esta ocasión reseñar esta obra que no solo gana en tamaño sino también en contenido.

22/11/63 es una fecha significativa para los Estados Unidos, pues marca el magnicidio más grande de su historia. Un evento tal que se no solo se considera un antes y un después del sentir norteamericano, sino que ha sido marcado a fuego en la memoria colectiva hasta hoy día, en una nación donde la especulación y el fanatismo es regla (no por nada en esa nación el adjetivo ambicious, en español ambicioso, es una cualidad que se ve de manera positiva. No igual en nuestra Latinoamérica, donde presentarse así mismo como una persona ambiciosa, puede pasar por una pésima imagen), en la cultura popular: la muerte de J. F. Kennedy, su trigésimo quinto presidente.

Hablar de dicha muerte es toda una aventura literaria, pues la cantidad de documentales y libros que existen como referencia parecen de nunca acabar. Esto, al igual que las conspiraciones que cavilan sobre la culpabilidad Rusia, Cuba o la cabeza de turco que era Lee Harvey Oswald, quien negó hasta el último instante su culpabilidad; cosa en la que no se puede profundizar, pues dos días más tarde fue ultimado por un gánster, enriquece no sólo el hecho, sino la mitología que hay detrás. Asi que la pregunta que cabe hacer es: ¿cómo aborda Stephen King este evento?

Pues bien, Jake Epping, un profesor de 35 años en Lisbon Falls, Maine,  y cuya vida deviene en, aceptémoslo, monotonía y un tanto de decadencia, pues recientemente es separado de una terrible relación donde sufría los achaques de una mujer alcohólica, es citado por su amigo Al Templeton en su restaurante, sin embargo, algo ha cambiado radicalmente en Al. Si bien el hombre es mayor que Jake, literalmente, de la noche a la mañana, ha envejecido abruptamente. Como si en una sola noche todo el peso de los años y la enfermedad lo arrollaran.

Ante tal visión, y al saber Al que su fin está cerca, citará entonces a Jake en horas de la noche para mostrarle algo. Al principio parecen ideas descabelladas, propias de una mente debilitada, pues Al le lleva al refrigerador de su restaurante. ¿A morir de frío? ¿A ver la frescura del alimento? O, definitivamente, ¿Al habría perdido la cabeza? Estas y muchas otras preguntas cruzan al cabeza del profesor, pero fiel a su amistad sigue a su amigo en lo que solicita. Los acontecimientos comienzan desarrollarse rápidamente cuando Al retira casi todo elemento de identificación de Jake, además de toda cosa que no sea prácticamente su ropa. Todo se tornará más extraño cuando a cambio del dinero que trae Jake consigo, le da billetes y monedas antiguas. Luego, y siguiendo las peticiones del tendero, va en camino de una pared del refrigerador confiando que algo va a suceder. ¿Y saben? Sucede. Se abre un camino descendente, una especie de escalera, al tiempo que la sensación de frío de la nevera se cambia por calor y la oscuridad del lugar cerrado por un espacio abierto.

Jake se encuentra en el exterior al lado de una fábrica. El horrible olor industrial se mezclaba con la pureza del aire bastante limpio. Anexo, se percató de un sujeto del cual Al le había advertido, que le pedirá dinero para alcohol. Así, después de pasar por todo esto, además de reconocer lo más extraño que jamás habría pasado en su vida, pues Jake viajó al pasado, las cosas extrañas no dejan de sucederse, pues al volver por el camino que lo llevó hasta allí, regresando por el que llamarán "agujero de conejo" (honor a Alicia y el país de las maravillas), en su tiempo, 2011, solo habían pasado dos minutos, cuando para el fueron realmente horas.

Esta mecánica, junto a otras de este viaje, no tienen una explicación clara para Al, y a lo largo de la trama, en su mayoría, no la tendrá. Y para el meollo del asunto son, hasta cierto punto, lo que menos importa, pues lo relevante es que funciona. En resumen, funciona una especie de paso, o portal, en el espacio-tiempo que te devuelve a un 9 de septiembre de 1958.

Con ese viaje y el plan que Al tiene para Jake, se explican un par de cosas que suceden en el desarrollo de la historia. Primero, que Al vende unas hamburguesas de muy buena calidad y de bajo costo. Esto hace que las personas y otros comercios sospechen de la procedencia de la carne, pero resulta que Al viaja continuamente para comprarla de muy buena calidad a precios irrisorios. Segundo, la decadencia en la salud del hombre es por un cáncer terminal, y a causa de lo que ha intentado hacer, estando en el pasado, se ha desarrollado de manera ininterrumpida. Esto deja una pregunta, ¿cuánto tiempo ha estado en el pasado y haciendo qué? Bueno, y en más de una ocasión, más de cinco años recabando información sobre el asesinato de Kennedy para, por su puesto, salvarlo. Sin embargo, en el estado en que se encuentra no podrá hacerlo y, por ello, como última voluntad, quiere que Jake lo haga. Que salve al presidente ese nueve de noviembre del 63.


Opinión y crítica

Este libro es el primero (no sé a ciencia cierta si el único) en que el autor se arriesga a una apuesta histórica. Apuesta que parece ganar porque en su momento recibió críticas en su mayoría positivas y halagadoras, y no es para menos. Si bien 22-11-63 es una obra de una extensión considerable, tambien es una investigación que no se debe subestimar, acompañada al tiempo de ese lenguaje tan característico en el autor que no apunta a altas e innecesarias cumbres léxicas, sino que permite el abordaje por parte del lector casual. Por ello, es perfectamente digerible para todo público.

Lo anterior es una virtud a todas luces y en el sentido más amplio que pueda comprenderse pues, a pesar de que tenemos una variedad significativa de fechas, lugares, personajes y sucesos, no hay que hacer una investigación exhaustiva o un ejercicio de memoria prodigiosa para seguir la historia.

Además, una de las bondades que más recalco en esta novela, y que comparte con Cementerio de mascotas, la cual la leí recientemente, es la  maestría de presentar un fenómeno (¿natural?) y no dar una explicación amplia y detallada hasta solventar el último rincón de la duda. Y lo considero así ya que ni Jack ni Al deben descubrir todas las vicisitudes al respecto, ni nosotros si nos llegar a pasar algo semejante en la vida real, ya que el objetivo, en este caso al menos, es más grande. Saber como funciona, o medianamente funciona, es algo importante pero no netamente necesario.

De hecho esa falta de argumentación para "llenar huecos" (o vacíos), le da un toque de angustia a la aventura, sazonada con la duda de qué cabra esperar ala vuelta de cada paso que se avanza. En este caso hay dos aspectos que hacen interesante la empresa de viajar en el tiempo y esperar esos cinco años para poder salvar a Kennedy. Primero, que cada vez que se viaja al pasado y algo es modificado, si se regresa al mundo actual y se vuelve una vez más al pasado, habrá un "borrón y cuenta nueva". Lo que se hiciera para modificar la historia simplemente se resetea, como en un videojuego. Segundo, al llegar al pasado habrá un hombre al que gusta del alcohol, y pedirá al viajero del tiempo en cada ocasion dinero par trago. Este misterioso sujeto trae consigo una tarjeta identificatoria con un color determinado; color que cambia dependiendo de ciertos factores. Puede ser amarilla, naranja, verde o negra. Esta variedad de tonos trae consigo una forma de comprender lo que está haciendo el viajero del tiempo con sus actos. De hecho, se percibe en vada ocasion, mas o menos, si la situacion parece benéfica o inicia caminos de los cuales preocuparse.

Ahors, sin embargo, hay un punto que comienza a generarme ruido, y es precisamente el hombre de la tarjeta. Esto, porque al explicarse su naturaleza, ya avanzada la novela, no termina de colar. Digamos que se siente cierto vacío y no precisamente por lo que implica como ente este sujeto dentro de la novela sino, mejor, por el hecho de que se siembra en un punto de la novela una expectativa demasiado alta que parece fallar al solventarla. 

Otra deuda Igualmente pendiente es acerca de los derroteros posibles que adoptaría la historia de haberse salvado Kennedy. ¿Qué  acaso esa no era la idea geberal del libro? Bueno, sí y no, pues lo que se nos explica en su momento va más allá de una modificación histórica que discurre en una realidad posible, pues aparecen fuerzas sobrenaturales aun más grandes que en cierta manera enriquecen, al tiempo que ensombrecen, el tema mismo del libro.

A esto puedo agregar que no hay que dejar de lado la idiosincracia estadounidense que se inserta en la novela. Y no es que se acuse de King de absolutamente nada malo en sentido estricto, pero sí que es verdad que Kennedy a la luz de esta obra (y reafirmado por la misma energía de sus compatriotas en el buen recibimiento del libro en su momento como escribi más arriba), es un ser cuya vida implica la afectación del mundo entero en su época y momento, al punto de interferir la estabilidad de la realidad misma. Así de importante se caracteriza este hombre en la novela. Retrato que no termina por cerrar en mi mente, pero que se puede comprender desde ese mismo ego norteamericano que es inherente a su cultura.

En fin, para no dar más largas, califiqué esta obra con un cuatro sobre cinco. Por tanto, me parece que no es para nada una mala o regular calificación para esta exploración literaria sde Stephen King, donde se ve el largo y arduo trabajo para documentarse lo mejor posible, y elegir una entre tantas opciones posibles que ofrece el mercado especulativo acerca de este magnicidio. Adwmas, me extendería de forma innecesaria si llegará a tocar a mayor detalle puntos como la identidad que adoptará Jake en el pasado, o la trama personal (amorosa) de nuestro protagonista, que valga mencionar, se instala dirrctameen em desarrollo argumental.

Espero llegaras hasta este punto, te gustara mi reseña y encuentres motivo para abordar este libro. No siendo más, con un gustazo gigante

Jeisson - R31K3

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