lunes, 2 de enero de 2023

Reseña: Cumbres borrascosas de Emily Brontë

Ficha técnica

Título

Cumbres borrascosas   

Autor

Emily Brontë            

Tipo

Novela

Editorial

Casa Editorial El Tiempo

Primera edición

2001

Impresión

Colombia

Páginas

319

La obra

Cumbres borrascosas es uno de los libros que más tiene renombre a nivel de la literatura victoriana, pues no solo aparece en dicha época (misma de Jane Austen), sino porque su popularidad entre los lectores es permanente. Así, no solo nos encontramos con una obra con una considerable cantidad de diversas y bellas ediciones como la de Alianza editorial, Edimat o Penguin Clásicos, sino que incluso hace parte de colecciones de también elaborados diseños como Obras selectas de las hermanas Bronte, Del fondo editorial; su homologo en inglés, The Brontë Sisters, de Penguin Clothbound Classics; de Novelas Eternas, de RBA, entre muchos otros que incluyen ediciones conmemorativas, por ejemplo. Con todo esto, tenemos, al parecer, una novela que no solo hace parte de los clásicos de la literatura occidental, sino que se mantiene vivo (y mucho). Pero la pregunta siempre está allí, ¿es tan buena como la pintan?

La obra abre con la conversación (si así puede llamarse), entre el señor Lockwood y Heathcliff, alrededor del arrendamiento de la finca o granja Thrushcross. Este llega precisamente a la casa Cumbres borrascosas que queda a varias horas de a pie desde la finca a alquilar. Sin embargo el recibimiento que tiene por parte del arrendador no podría ser más fría y desagradable, al punto que Lockwood tiene dos aspectos a resolver. Por un lado, el deseo de no tomar el lugar que se proponía; segundo, el querer saber por qué el reinado de un ambiente tan hostil en aquel lugar, ya que no solo conocerá en persona a Heathcliff, sino que también a una bellísima joven que tiene por nombre Catherine y a otro más llamado Hareton Earnshaw. Estos tres personajes se relacionan de manera fría y poco o nada cortés. De hecho, frente al mismo Lockwood se llegan a amenazar. Cosa que parece es un comportamiento incluso normal. 

Como resultado, partiendo del interés personal, como por sucesos ajenos a el que lo dejarán atrapado un breve lapso en Cumbres, se decidirá por la segunda opción recurriendo a una mujer que cuidó a todas estas personas cuando eran niños: Nelly Dean. Esta última vive en la finca que alquilaría, y a modo de chisme le narrará los acontecimientos que llevaron a que este trio llegara a tener tal talante de amargura y creara ambientes tan poco agradables a su alrededor.

Originalmente Thrushcross y Cumbres no eran del mismo dueño. La primera pertenecía a una pareja de apellido Linton; la segunda, que es la que nos interesa inicialmente y donde trabajaba originalmente Nelly Dean, a la pareja Hearnshaw. Ahora, esta pareja tenía dos hijos, el mayor Hindley; la menor Catherine. Por su puesto, no la Catherine que conoció Lockwood (y de la que por cierto quedó prendado).

Nelly ayudaba al cuidado de Hindley y Catherine, pues originalmente quien sería era su madre. Es decir, ella continúa una labor heredada. La relación general de la familia nunca ha sido cordial. El señor Hearnshaw era un hombre de talante fuerte y amable. Así, un día, el hombre avisa a su familia que se irá a Liverpool prometiendo traer consigo los regalos que pidiera cada uno. Para ese momento Catherine contaba con nueve años.

La ida y vuelta de Earnshaw duro apenas tres días, pero no por ello fueron fáciles o tuvieron claridad en muchos sentidos, pues a su regreso no sabía explicar con claridad qué fue lo que sucedió, más allá de la gran dificultad, hasta la extenuación, de hacer tal viaje a pie. El punto central es que el hombre no llegó solo, sino acompañado de un pequeño y harapiento niño. Esto no solo sorprendió a su esposa, sino a todos en casa. Fue reprobado por su esposa, y aun más por su hijo. Es entendible el despertar de los celos del chiquillo por sentir competencia. No tanto así fue la reacción de Nelly y Catherine.

La acogida inmediata no fue la misma por todos. Nelly, como heredera de su madre, se abre a una situación de responsabilidad, aunque no por ello falta de dualidad, pues oscila entre un buen trato y palabras a veces injustas, otras demasiado rudas. Peor la situación del ya mencionado Hindley, que tiende no solo al desprecio absoluto, sino a la manifestación física y psicológica del mismo. La pequeña Catherine es aun más conflictiva, pues mientras siente una atracción por el nuevo miembro de la familia, el clasismo propio de su entorno, hace que se debata en un sentido similar a Nelly. Por su parte, el nuevo habitante, que es el viejo Heathcliff con el cual entabla relación comercial Lockwood en su infancia, llegará con la expectativa de una mejor vida, pese a su personalidad callada y falta de expresión emocional, para recibir en su mayoría desprecio, menosprecio y humillación, para terminar por irse del lugar para preparar sus regreso.

¿Quiénes son la joven Catherine y el chico Hearnshaw? ¿Cómo llegó a unirse en una sola cabeza Cumbres borrascosas y Thrushcross? ¿Por qué existe un trato tan poco o nada cordial entre los mismo habitantes de un lugar, y se genera un entorno tan intolerable?


Opinión y crítica

Cumbres borrascosas sufre el problema sobre el que recae cualquier persona u objeto que tiene demasiada popularidad: la miopía de los fanáticos. Ya en lugares como Goodreads es difícil encontrar opiniones que no sean encomios plagados de palabras repetitivas y casi empalagosas de las bondades cuasi infinitas de esta obra. Reducido, en consecuencia, el conjunto de opiniones disidentes sobre la misma, además de relativamente pobres. Se elogia generalmente la escritura de tipo "gótico", al igual de los sentimientos expresados. Se adopta el "tóxico" de una manera romántica y consagra el protagonista principal: Heathcliff. Debo decir que por una circunstancia u otra, y creo sospechar el por qué de esto, se ha enaltecido de forma incongruente esta obra a través del tiempo.

Primero dejo en claro que no soy un hater de la literatura victoriana, y mucho menos de Emily Brontë, porque podría aparecer un defensor acérrimo de la autora. Peor aún, uno de aquellos lectores defensores de la total libertad, y asegurar que "cada quien tiene su opinión" o "piensa lo que quiere". Y no. No es así (Aunque es mucho esperar que tal tipo de lector abarque esta reseña). La cosa es que esta no es una buena obra en varios sentidos y, al igual que pasa con las novelas de Jane Austen, su popularidad se ha creado sobre castillos de aire. Me explico a continuación.

Hay que tener en cuenta que esta ha sido la única novela de la autora en vida (pues murió relativamente joven), y que no solo arrastra consigo una vida trágica, sino el renombre de sus hermanas que también eran escritoras: Charlotte y Anne. Junto a las dificultades para publicar este libro, pues se hizo bajo el nombre de un hombre (entiéndase por la época), parece el caldo de cultivo para la creación de un mito. Uno que parece no aceptar cuestionamientos, si le sumamos que viene de la sagrada nación inglesa. Esto parece una posición realmente débil, y lo es. Igual de débil que las opiniones del lector de a pie (pues no hablamos aquí del especialista académico), que usan una parafernalia que sirve perfectamente para cualquier otra obra. Pero vamos directamente al contenido.

Cumbres borrascosas es una historia de venganza. Una que deja muchos cabos sueltos de principio a fin, y que crea personajes poco creíbles por la misma forma en que está estructurada la novela. Primero, el protagonista y mismo vengador, Heathcliff, es un personaje que no evoluciona. Al principio, cuando es un niño adoptado de buenas a primeras, muestra un ímpetu para llegar a ser digno de Catherine. Es decir, es consciente de su situación intelectual y social, lo que hace demostrar sincero interés y un esfuerzo real. Mismo es el caso de Catherine, que comete errores al acercarse demasiado a él. Pero todo este inicio se ve opacado por el resto de la obra.

Heathcliff, una vez desterrado, vuelve en su momento para saldar cuentas con todos y cada uno de aquellos que considera que lo hicieron sufrir, incluso si esos otros no tienen en sí el pecado original del que los acusa. Por ello, la violencia se verá imputada a adultos, niños y animales por igual. Esto podría ser totalmente coherente, pues no es un antihéroe sino un villano protagonista, si no fuera por vacíos e incoherencias nunca resueltas. Por ejemplo, ¿de dónde, o qué forma, este hombre cultiva una fortuna tan buena que le permite desarrollar su actitud física, pues tiene buena salud, y volver a Cumbres borrascosas? ¿Acaso las humillaciones que sufrió al ser adoptado eran peores que las sufridas en su vida de calle? Pues ha de tenerse en cuenta que pasó menos tiempo en Cumbres que en la indigencia. Algunas cosas podrían obviarse si aseguramos que este hombre es algo así como un psicópata o sociópata, pero lejos de entrar en detalles de psicología de personajes (que en lo personal me parecen divagaciones inoficiosas), su "locura" nunca es detenida de manera real. Es decir. Llega, hace lo que quiere. Trata a todos como se les place, y nadie hace nada. Siquiera rivales tan obvios con Hindley. Todo acabaría de un sablazo por la espalda o un balazo bien puesto. Pero no.

Todos, desde los Linton hasta la misma Catherine, parecen tolerar insultos de largo discurso, donde se ataca, amenaza y ofende categóricamente, solo para responder con otros insultos, y prácticamente nuca tocarse. Y digo prácticamente, porque si bien hay un enfrentamiento donde llega a verse sangre, es lo escena más patética en donde, mientras un hombre quiere matar al otro de manera desesperada, el atacado es capaz de dar un discurso de manera calma cuando su vida está en riesgo. Incluso la manipulación, que es otro elemento ampliamente utilizado por los personajes, llega a un punto tan absurdo donde no crees en ninguno; desde guardar secretos a enfermarse, queda todo en un extraño limbo de "vivir" o "convivir con el enemigo", sin realmente llegar a hacer pagar a otros por sus traiciones o las atrocidades que cometen.

Ni qué decir del mundo exterior, pues si bien se llega a hablar de Liverpool y otros lugares, no parece que existan las autoridades pertinentes, y el asilamiento (que es más que justificado geográficamente), parece absoluto. Parece que existiera alguna barrera que impidiera a los protagonistas llevar sus terribles casos a instituciones del orden, como que nadie le interesa lo que pasa con esas tierras.

A parte de Linton que cae en las trampas de Heathcliff, y Catherine la joven del inicio de la novela, todos son despreciables. En menor o mayor medida, pero lo son. Esto crea una sensación de que la obra es altamente deducible. Que cada uno de los elementos tiene un comportamiento tal, que nada te sorprende, pues no cambian de opinión. O son malos, tan malos, que a pesar de las malas experiencias no cambiarán nunca (lo cual sucede), o tan tontos que nunca saldrán de esas incoherencia entre actuar insensatamente y una edad madura. Es decir caen una y otra vez en su propio estereotipo de personaje como si realmente no aprendieran nada.

Adentrándonos en algunos de los elogios más renombrados, tanto en las plataformas como en la Wikipedia, abordaré dos aspectos más. En primer lugar su estructura de "Matroska". Al parecer una de las bondades de la novela es la de historias que se van hilando y, al estilo de la tradicional muñeca rusa, se van conociendo capas de la historia. Nada más extraño porque, al final de cuentas, no deja de ser una novela que, adentrándonos en serio acerca sobre la credibilidad, carece de esta. De hecho, el personaje de Lockwood no es más que un instrumento. Una herramienta para contar la historia, y su relevancia no pasa de ello. ¿Por qué nombrarlo en este punto y sobre este tema? Fácil. Porque esa Matroska que parece relevante, no deja de ser la historia de un chisme inicialmente. Primero de Nelly a Lockwood. Después, del chisme de un chisme. Pues una tercera parte de la novela viene de la boca de Lockwood de lo que le contó Nelly.

Luego tenemos un nombrado estilo "gótico". Si por este entendemos la tendencia a escribir con ciertos elementos de terror, donde entran a jugar elementos como la muerte, la ficción (entre otros, pues depende del escritor), seguramente tenemos un escrito de ese estilo. (Además de encontrar sus orígenes en Inglaterra). Aun así, que exista una ambientación lúgubre para colocar en posición al lector, como la violencia propia de la narrativa (ya mencionada), o el miedo que pueda llegar a generar relaciones sociales violentas, no me parece suficiente para enmarcarlo o darle aires de tal estilo, más allá de la posición histórica de la autora.

Ahora, el final (solo par ano extender mi clara opinión sobre el libro), No quisiera extenderme mucho acá, y de hecho no lo haré. Por ello solo queda asegurar que aquí no hay enseñanza, moraleja o ilustración clara de si es un buen o mal final. Esto puede parecer extraño, pero resulta que se puede sintetizar en dos puntos: primero, el malo se sale con la suya (hace lo que se le da la gana); segundo, todo muerto es malo.


Soy de la perspectiva que no todos los clásicos son clásicos. Que las circunstancias sociales los llevan a serlo, y muy pocos sobreviven por sí mismo a la crueldad del tiempo. De la misma forma, que es necesario siempre buenos lectores, que se fortalezcan no solo en el consumo a causa de la publicidad engañosa, sino en verdaderas habilidades críticas, y que pongan en tensión, desde esa literatura juvenil de poca o nula calidad que se viene tomando las estanterías desde hace años, como de adoptar un posición crítica con las llamadas obras eternas.

No queda más que terminar en este punto, pues puedo caer como recalcitrante (al igual que la negatividad de la obra que acabo de reseñar). Aunque estoy seguro que pocos llegarán a este punto, y más si le tienen un cariño alejado de la búsqueda de objetividad lectora.

Con dedicación, me despido,

R31K3


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