Ficha técnica |
|
Título |
Cujo |
Autor |
Stephen King |
Tipo |
Novela |
Editorial |
Grijalbo |
Primera edición |
1981 |
Impresión |
Colombia |
Páginas |
393 |
El libro abre con una escena de
un monstruo, pero no uno cualquiera. Un asesino que tenía por nombre Frank Doob.
Su itinerario era bastante amplio, y a pesar de que ya había muerto su recuerdo
vive en la memoria y los rumores de los habitantes de Castle Rock, Maine. Después
de esta entrada, comienza el plato fuerte con un pequeño de cuatro años, Tad
Trenton, el cual despierta en medio de la noche con la necesidad de ir al baño.
Después de hacerlo, y al querer conciliar el sueño de nuevo en su cama, algo comienza
a sonar. Mejor. A gruñir en el armario del pequeño. Tal sonido, que podría
pasar a ser un elemento más en la imaginación de un pequeño, es escuchado por
sus padres que irrumpen en la habitación.
¿Corriente de aire? Quien sabe. Pero
la afirmación de Tad es que allí, donde está su ropa, hay un monstruo, pero que
desapareció en el mismo instante que los padres, preocupados porque el pequeño escondiera
un perro, aseguran que allí no hay nada. Pensamientos de adultos responsables
que, aun así, se ven cubiertos por un leve manto de duda al apreciarse un
extraño olor que no pertenece a las prendas que están en el mueble.
Al asegurarle al pequeño que nada
malo pasaría, y después de que su madre sea la última en despedirse para volver
a descansar, Tad grita a su madre desde dentro de su mente: ¡Ten cuidado,
mamá, se comen a las señoras! ¡En todas las películas cogen a las señoras, se
las llevan y se las comen! Oh por favor oh por favor oh por favor…
Solo en su habitación, a
disposición de sea lo que sea esa cosa que alberga el armario, los goznes gimen
lenta y terriblemente, mientras la puerta del se abre lentamente. Desde allí,
entre el hálito que exhala lo que se encuentra agazapado en el interior, junto
a los terribles ojos ámbar, eso le susurra: Te dije que se irían, Tad […]
Siempre lo hacen al final.Y entonces yo puedo volver. Me gusta volver. Tú me
gustad, Tad. Ahora volveré todas las noches, creo, y todas las noches me
acercaré un poco más a tu cama… y un poco más… hasta que una noche, antes de
que puedas llamarles a gritos, oirás algo rugiendo, algo rugiendo justo a tu
lado, Tad, y seré yo y me abalanzaré sobre ti y entonces te comeré y estarás en
mí.
El encuentro no pasó a mayores,
más allá de la sensación de inseguridad de Dona por parte de Cujo, que terminó
jugando sin problema con Tad y la aprobación de Vic, y del modo en que Joe
Camber la miraba. Se sintió horriblemente observada.
Cujo era un perro adulto. Tenía
cinco años y eso signifacaba que los viejos tiempos donde se la pasaba jugando
de un lado a otro habían pasado, y que las épocas en que perseguía conejos cono
un chiquillo habían pasado. Esto no evitaba que el instinto menguara. Dicho instinto,
más por deporte que por cazar, se despertó en esos días tan calurosos de junio,
cuando se levantó y fue tras uno.
Después de acecharlo y
corretearlo, el conejo se escondió en un pequeño agujero en las laderas. El
perro no vaciló e intentó encontrarlo allí. Todo lo que cupo de Cujo fue el
hocicó que, en busca incansable del animal, ladraba sin cesar. El problema
surge cuando aquel pequeño agujero no saba a un laberinto debajo de la tierra,
sino que se abría a una gran cavidad que tenía por residentes los restos de
varios animales que caían atrapados allí, y lo que desencadenaría el terror:
murciélagos. Estos se alteran con los ladridos de Cujo y uno alcanza a rasguñarlo
en el hocico. ¿El resultado? El perro contrae rabia.
A partir de aquí podríamos
afirmar que lo que ocurre es una especie de efecto mariposa. O mejor. Una serie
de eventos desafortunados, que llevarán al límite el deseo de supervivencia de algunos
personajes, como a la muerte de otros.
Cujo es una obra bastante
completa. Tiene sangre, tragedia, amor, traiciones, etc. Todo convergiendo para
la trama del temible animal. Hay que tener en cuenta que King escribió este
libro en una de las peores situaciones de su vida: las adicciones. Por ello
esta obra, si bien es una de las más queridas por el autor, este no recuerda del
todo el escribirla.
La construcción de personajes es
bastante convincente, y los eventos que se van dando para que suceda lo que
sucede es creíble. Además, tenemos diferentes referencias, como lo es la misma
Castle Rock, como un policía que por ahí aparecerá, entre otros. Sin embargo, y
aquí viene mi pero, la historia no cierra del todo.
Cujo mezcla dentro de su
narrativa un terror material, manifestado en el San Bernardo, al tiempo que lo
mezcla con un amplio preámbulo de terror psicológico. Esto es más que suficiente
para llevarse una idea de como se van a desarrollar el argumento para aquellos
que no han leído. Pero no todo es bueno. De hecho, el libro parece que tiene
varios cabos sueltos que no se pueden pasar por alto en absoluto, pues son los
que llevan a la culminación de la obra.
Aun así, Cujo es disfrutable cine
por ciento. Sentirás rabia, dolor y hasta te recorrerá una sensación de
injusticia. Como siempre, este libro tiene bastantes personajes (como toda obra
de King), pero una vez vas reconociendo nombres y entendiendo los grupos
(familias, amigos, compañeros de trabajo, etc.) la lectura fluye sin problema.
No cabe evitar afirmar que es un
libro super recomendado. Si tienes una mascota como si no, este libro te hará
sentirte incómodo con el perro del vecino o el tuyo propio, con independencia
de su raza o tamaño.
No extendiéndome más, espero esta
reseña te gustara y te motive buscar Cujo y darle una buena leída.
Con gusto, R31K3
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