Ficha técnica |
|
Título |
No es lo que parece |
Autor |
M. J. Fernández |
Tipo |
Novela |
Editorial |
Edición digital |
Primera edición |
2018 |
Páginas |
256 |
Cuando leo algo que me gusta, tiendo
a buscar, siempre, escritores cercanos (tanto en legua como en tiempo) que estén
dando a luz creaciones de ese estilo. Así, hubo un tiempo en que me enganché a
Mario Mendoza, y a libros sobre la novela negra que limitaba con sus hermanas
del mero género policial. Ahora, una de las últimas obras que he abordado (y
reseñado) ha sido de Arthur Conan Doyle y su legendario Sherlock Holmes, lo
cual me tentó a volver a ese estilo de historia. Muy buena suerte tuve porque
leí el presente libro que reseño, lo cual, de entrada, me permito asegurar que
fue una muy, pero muy, buena experiencia, añadido de que en grupo (pues fue una
lectura conjunta), tuvimos una reunión con la autora.
No es lo que parece es una novela
de estilo policial que tiene los elementos clásicos, pero indispensables, de
una trama de este estilo. Así, encontramos de entrada la muerte de un político,
Juan José Belmonte, candidato a alcalde y bastante reconocido en Haro, municipio
y ciudad de la Rioja, España, cuyas características son particulares. ¿Por qué?
Resulta, pasa y acontece, que al principio parece todo muy natural. Un hombre
que, en ejercicio de su trabajo político, tiene algún tipo de ataque y muere
frente a todo aquellos que lo estaban escuchando. Sí. Fue algo público. Sin
embargo, después, a través de nuestro protagonista e investigador, tomará
fuerza que fue un asesinato. Por eso es interesante. El asesino lo hizo a la
vista de todo el mundo.
El hombre que quedará a cargo es
Néstor Salazar. Un miembro del cuerpo policial, el cual tiene por
características ser un hombre algo dejado. Mejor, descuidado. Siempre
con una chaqueta vieja y roída, acompañada por un caminar algo lento y una
postura curva (jorobada prácticamente). Ahora, él no estará solo, pues
precisamente al lugar llega como novata quien será su compañera: Sofía Garay.
Chica joven y bella, que se esfuerza por ser útil como policía, pero que ve
truncado su desarrollo personal a causa de esa misma belleza. Primero, siente
presión general por ser mujer, y por lo tanto sentirse débil; segundo, porque
la superficialidad de los hombres, hace que la subestimen constantemente. Esto
último cambiará con Néstor, pues él, al parecer, tiene como prioridad el
trabajo a ese tono estético que la han marcado.
He leído en GoodReads diferentes
reseñas que me parecen no solo superficiales (como son en general las meras
opiniones en este tipo de plataformas), sino que las negativas faltas de
argumentos.
De entrada, como mencioné
inicialmente, la novela me parece de muy buena calidad. No excelente, porque
creo que me falta mucho por leer para tener puntos de referencia absolutos.
Pero en general es increíblemente buena.
Tiene un inicio típico, propio del
género, pero que más allá de sentirse una repetición o una más del montón, la
siento fresca. ¿Por qué? El lenguaje que usa de inicio a fin es sencillo.
Cierra esa brecha de los escritores pretenciosos y los lectores sin
experiencia, pero también atrae al empedernido que goza con todo género. Anexo
a esto, ese lenguaje aterrizado, si así se quiere ver, explica de manera
digerible problemas de tipo legal, que en otros ámbitos, o para el no conocedor,
puede llevarlo a evaluar sus conocimientos de forma negativa, o incluso
llevarlo a abandonar. Cosa que no sucede.
Otra virtud, y que agradecí a la
autora ampliamente, es que la relación de trabajo entre Néstor y Sofía se
siente orgánica. No hay necesidad de escenas sexuales, o especialmente
morbosas, para desenvolver la personalidad de ambos. Néstor actúa conforme a
sus objetivos y de manera profesional, sin caer por ello en la frialdad de un
autómata que resuelve crímenes. Por su parte, Sofía entiende que está buscando
ese desarrollo profesional, y su ética como mujer y policía se extiende a sus
relaciones interpersonales. Es una aprendiz, y esto es consistente a lo largo
de la obra.
Ahora, dentro de la narrativa
encontramos el desarrollo de una segunda historia. Esta, en un inicio, parece
indicarnos que, uno, tiene que ver con el asesino; dos, que no va a ningún
lado. Además, es una subtrama que parece mal balanceada, por cuanto no tiene la
misma extensión de la principal. Error de lector, pues cuando entendemos hacia
donde nos está dirigiendo la autora, toma mayor profundidad diferentes aspectos
del libro.
No puedo reproducir en esta
reseña, por extensión, el encuentro con la autora M. J. Fernández, pero lo que sí
puedo asegurar, sin duda alguna, es que como aspirante a escritor, muchas
preguntas acerca del libro no solo dejan ver a una mujer experimentada a nivel
literario (aunque esa no sea su profesión por diploma), sino que es un punto de
referencia para la lengua española como la latina, de una representante y,
repito, refrescante de la novela.
Creo que, hasta este punto, no
queda mucho más que pueda yo agregar a las bondades de este libro. Claro está
que podría hacerlo, pero los spoilers parecerían inevitables. Y, ante
todo, como siempre, recalco que esta es mi opinión sincera, desde mi
experiencia como lector, y que si te sientes insatisfecho o con dudas, no temas
abordar sin duda el libro, tanto por recomendación, como por asegurarte de esta
perspectiva.
Con cariño, R31K3
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