Ficha técnica |
|
Título |
La niebla |
Autor |
Stephen King |
Tipo |
Novela – Cuento |
Editorial |
Penguin Random House |
Primera edición |
2006 |
Impresión |
España |
Páginas |
314 |
Si eres de los que ya ha leído
varios de sus libros, se te hará corto y tal vez incompleto. Si apenas lo
empiezas a leer (lo cual es bastante raro, pues hay textos más familiares o
reconocidos), se te podría hacer algo lento y largo. Sin embargo, eso no quita
que la esencia del autor este plasmado en la historia, y guste de igual forma.
La niebla nos ubicamos en el 19
de julio, donde un gran lapso de calor que había caído sin misericordia en el
norte de Nueva Inglaterra es interrumpida y “azotada por las tormentas de mayor
violencia que yo (el narrador) haya visto jamás”. Los personajes iniciales son
una pequeña familia integrada por tres personas. Padre, madre e hijo. David,
Steffy y Billy, correspondientemente. Se divertían padre e hijo nadando, pues
vivían en Long Lake.
Desde un principio la ola de
calor convencía a la familia que las nubes que podían dar asomo, no eran más
que una simple ilusión de precipitaciones por el extremo clima. Sin embargo,
ese día, David ya manifestaba a su esposa que se avecinaba una tormenta. Esta
desestimaba tal cosa, pues ante lo visto hasta ese momento, la duda se plantaba
en ella con facilidad. Sin embargo, la opinión de Steffy se vio contrariada,
cuando la naturaleza soltó en toda su furia el agua y los vientos. Así, la
familia pasaba de un día casual de veraneo, refrescándose con bebidas frías, a
refugiarse en el sótano resguardados contra un accidente, pues la tormenta arrasaba
con cuanto encontraba, los padres cuidaban de calmar al pequeño que, por
cierto, apenas contaba con cinco años.
Árboles que llegaron a bloquear
vías, Junto a otro que llegaba a travesar la casa. Este último precisamente
entró por el estudio de David (se me olvidaba. Este es pintor de profesión), Lo
más peligroso, aquello que hacía que Steffy temiera por su pequeño, eran los
cables eléctricos que quedaban sueltos por los alrededores. Ya saben,
electricidad, agua y humanos en triada no nos entendemos muy bien.
La situación comenzará a
enrarecerse aún más. Ya saben, no era suficiente con una ola de calor de tres
semanas, para seguir con una tormenta de agresividad histórica. No. Lo que dio
continuación a las particularidades era una niebla que comenzaba a correr sobre
el lago. Pero no era una niebla cualquiera. Era “robusta”; “densa”. Y su ritmo
de constante avance, con una estética casi de muro, revelaba que no era común.
Sin embargo, y a base de la experiencia de vivir allí por años, terminaron por
minimizar aquello. ¿Cómo no hacerlo? Después de todo, la responsabilidad de un
padre, o un adulto, es no perder los estribos, al menos no por una simple
niebla; algo que parece no parece particularmente peligroso.
La tormenta también afectó
visiblemente a un vecino no muy querido de David: Brent Norton. Un hombre de
carácter vulgar y que tiene el gran defecto de querer tener la razón. Su
personalidad es tan complicada, que muchas veces ha tenido problemas de
carácter legal, incluso con el mismo David. Demanda que Norton perdió, y lleva
consigo un rencor palpable en su actitud. Risiblemente, a pesar de esta
antipatía, Norton se ve obligado a pedirle ayuda a David, pues un árbol cayó en
su propiedad. Con mayor precisión, cayó en un auto muy costoso, y su sierra eléctrica
simplemente no funciona.
Después de varias consideraciones,
pues no había electricidad y necesitaban abastecerse hasta que restablezcan la
energía, y esperar a autoridades competentes como los bomberos, se embarcan al
mercado más cercano David, Billy y Norton. Sttefy insistirá en quedarse en casa
a arreglar lo que tuviera al alcance.
Llegar al supermercado es fácil.
Allí dentro, al igual que ellos, varias personas que se vieron afectadas por la
tormenta, y van por víveres. Eso sí, los problemas comienzan a sumarse, porque a
la falta de alguna señal de radio para lograr informarse de lo que sucedía en
otros lugares, y el ya problema eléctrico mencionado anteriormente, las líneas
telefónicas también están muertas. Hasta que, finalmente, ocurre lo esperado y
temido, la niebla llega hasta el supermercado, gobernando con sus grises y oscureciendo
cuanto puede su lugar. Pero ella no llegará sola. Será acompañada de un olor
ocre, horrible, al igual que con un peligro real que se manifestará en cuanto
alguno llegue a salir, o la niebla logre entrar.
Ahora, si hablamos de terror,
este libro es altamente recomendado. Primero, porque empieza con fenómenos
naturales comunes (incluso una fuerte sacudida de tierra), que comienza a crear
un ambiente tenso, para dar grandes saltos en pequeñas dosis, que van ahondando
en el verdadero peligro que están los personajes; segundo, porque mantiene un
misterio que no tienen necesidad de ser explicado, y eso es muy importante a
nivel narrativo. Muchas veces, desde cuentos a novelas, el escritor trata de
dar una extensiva explicación del por qué de todos los sucesos posibles, a tal
punto que puede ser totalmente innecesario para la trama. Lo cual no ocurre
aquí.
Claro. Podría esto incomodar a
los que llegaron a ver la película basada en este libro, que termina por dar
una que otra explicación, además de que su final difiere al del libro, pero teniendo
en cuenta que este cuento se plasma como un escrito y/o relato del
protagonista, hasta el punto donde se encuentra en ese momento en relación a la
niebla, que cada final corresponde a cada versión (aunque personalmente, si
bien la conclusión de la película es muy buena, emocionalmente no era necesaria
de esa forma).
La niebla es un libro intermedio,
pero no solo por su extensión. Es un libro que da un abrebocas a esos miedos
que esconde la naturaleza (al menos parte de ella), para dar un salto a lo mortal.
A lo vivido de lo que es que, en cualquier instante, vas a morir. Que algo que
parece normal dentro de la naturaleza (si es que hay algún tipo de naturaleza
en lo que experimentaran los personajes), puede terminar por amenazar a toda
forma de vida común, y no solamente la humana. En fin.
Y como puede observar hasta este
momento, querido lector, La niebla es un texto super recomendable. No es perfecto
(no creo que ningún libro alcance o rasguñe tal término), pues ciertos
elementos (como el proyecto punta de flecha), se ven integrados de forma
apresurada dentro de la narrativa. Como si no formaran parte de la cotidianidad
de este mundo creado por King. Aun así, es latamente recomendable, tanto para
seguir amando a este rey de la lectura, como para aquellos que quieren un buen
sabor a terror. Por su puesto, no falta su alta dosis de sangre, para los amantes de gore.
Con ganas de no verme en la vida
envuelto en una cortina de niebla,
su servidor, RE1K3
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