Ficha técnica | |
Título | Demian |
Autor | Hermann Hesse |
Tipo | Novela |
Editorial | Tomo |
Primera edición | 1998 |
Impresión | México |
Páginas | 216 |
La novela nos emplaza a principios
del siglo XX, donde muestro protagonista, Sinclair, pone de relevancia que lo
que contará sucede desde que tiene diez años. ¿Por qué? Porque desde esa edad
comienza a existir una conciencia acerca de aquello que lo rodea, pero, aun
más, lo que representa a un nivel más profundo para la vida de un niño. Este
primer capítulo titulado dos mundos, será el hilo conductor y argumental de
toda la novela: la dualidad.
Esta es abordada desde una
comparación entre lo que llamará el interior y el exterior. En interior es materializado
con la casa familiar, compuesta no solo por su padre y su madre, sino con la
moral. Con los modales y la forma correcta de comportarse o, al menos, con las
formas aceptadas. El exterior será relacionado con lo opuesto a su casa. La
calle, o ese exterior, era lo salvaje, lo impredecible, violento, la muerte, la
acción, los vicios, lo pasional, etc. Lo particular de estos dos mundos, y su
mutua existencia, es que estaban muy unidos; juntos. Representante de esta
cercanía es Lina, la criada de la casa
“Por las noches, ella participaba
en los rezos y los cantos de la familia, se podía ver sus manos pulcras y sus
ropas bien planchadas y almidonadas; en ese momento, ella pertenecía por
completo al mundo de mis padres, al de nuestra familia, al que era recto, trans
Parente, decoroso y limpio. Pero después, cuando me la encontraba en la cocina
o en el lugar donde guardábamos la leña, me platicaba historias de hombres sin
cabeza, de peleas entre vecinos o de pleitos callejeros; en esos momentos Lina
era completamente diferente a la que veía en el mundo de mis padres; ahora
parecía encajar en ese otro mundo misterioso y prohibido”.
Este primer contacto con aquello
que es réprobo, hace que nuestro protagonista comience a entender que ese mundo
contrario al del hogar, se antepone en todo sentido a la rectitud, pero es
mucho más fácil razonarlo y pensarlo que vivirlo.
La angustia lo abrazaba con garras
poderosas, haciendo que sus pensamientos añoren la calma de la vida pacífica de
cotidianidad con su familia, y despreciando el mismo momento en que comenzó a
mentir por querer hacerse notar. Y al tiempo en que parece que es imposible liberarse
del yugo de Kromer, otros cambios comienzan a operar en Sinclair.
Específicamente, el desmoronamiento de su familia como símbolo de respeto, guía
moral y lugar de pertenencia. Por ello, mientras un inexperto sentimiento de
ser un criminal crecía en él, repudiaba pequeños llamados de atención por parte
de su padre, pues las consideraba nimiedades, al tiempo que las canciones y
reuniones tradicionales de su familia, caían en el espacio de despreciables,
por cuanto él ya no tenía ese tipo de relación transparente con ellos.
Su propia vida la considera en
una picada inexorable en todo sentido posible. Y a pesar de que sus actos son reprochables,
y tiene diez años, siente cómo aquel mundo oscuro se extiende inmisericorde a
su interior, representado por Kromer, hasta que aparece el chico que no solo
los arrebatará de las manos de aquel villano, sino que comenzará a abrir sus
ojos a una nueva realidad: Max Demian.
Estudiante nuevo de su instituto,
Demian tiene un porte y una presencia de adulto. No juego como comúnmente haría
un niño, pero si bien era algo mayor que Sinclair, el aire que se respira a su
alrededor es de madurez y de sofisticación. ¿Cómo liberará Demian a Sinclair? ¿Cuál
será ese mundo que se abre a nuestro narrador? Bueno, debes acercarte al texto
para descubrirlo; aun así, por su puesto, expondré a continuación, algunos
puntos de la obra, para tratar, como el lado malvado a Sinclair, seducirte a
sumergirte en la obra.
Hermann Hesse es conocido por
tres obras en particular. La primera, claramente es Demian; la segunda, El lobo
estepario; la tercera, Siddartha. Todas tienen elementos en común, pero para el
caso, debo asegurar que Demian es un buen inicio de lectura, tanto si eres un
adolescente con dudas y preguntas sobre la existencia, como un adulto que está
seguro de saber cómo funciona el mundo.
Es muy común que las personas se
sientan con la autoridad de asegurarnos qué está bien o qué está mal. Desde cómo
vestimos, qué palabras usamos, y hasta en qué dioses debemos o no creer. ¿Pero
existe realmente un problema sobre estas cuestiones, cuando no dañas a otros ni
a ti mismo? Seguramente no. Y ahí está el valor de la búsqueda personal de
Sinclair y la guía de Demian, al tiempo el respeto por las decisiones
personales, así estas puedan condenarte.
Hay que dejar en claro este libro
es una novela. Sé que podría sonar tonta esto, pero tiene una justificación: su
contenido filosófico y místico. Ene se sentido, este libro, si bien versa cobre
filosofía de carácter vitalista e individualista, con claros toque de pensar en
el prójimo, también es claro en elementos metafísicos (no filosóficos) de carácter
espiritual, donde convergen creencias como el destino, lo oculto,
la fortuna, etc. Así, como no es un tratado de filosofía donde
encontrarás los postulados claros de Nietzsche (aunque es nombrado), tampoco
hay que tomar en serio elementos constitutivos de la novela, propios del mundo
de la ficción, que no responde a la realidad material de la misma. Más o menos
como creer en la astrología para tomar decisiones determinantes en tu vida
diaria.
De igual modo en la novela
encuentro dos elementos criticables que no me convencen del todo. Primero, que
Sinclair y Demian gozan de un estatus social medio-alto, lo cual le hace gozar
del tiempo suficiente, ya saben, el ocio, para sus reflexiones. Igual ocurrirá
con un par de guías más en la vida de Sinclair (Demian no es el único). Esto es
bastante desolador, en cuanto parece que aquellos que han nacido en los estratos
más bajos de la sociedad (en la pobreza), no pueden gozar de reflexiones profundas,
pues carecen del recurso más importante para llevarlas a cabo: el tiempo.
En fin. La novela es una gran obra de arte que responde a la dinámica adolescente, que no debería morir en los adultos. Aquella que nos permite dudar de si estamos camino a nuestra la felicidad, o solo actuamos conforme a parámetros establecidos de otros (la sociedad), y nos dejamos llevar por lo que ellos establecen ser feliz. Esta es una pregunta que me hago a diario, y que estoy seguro todo adulto debería hacerla, para reafirmarse en su día a día o comenzar a llevar a cabo cambios significativos.
Por último, en este espacio no nombraré a Abraxas. Personaje que aparecerá bastante adelante en el libro, pero cuya intervención en gigantesca. ¿Por qué? Porque información de él hay muchísima en internet, y parece llevarse un protagonismo, que si bien no se menosprecia, tiende a tomar demasiada relevancia como símbolo de la transformación de Sinclair.
Espero les motive un montón en
arrojarse en este abismo de incertidumbre y choque con el mundo, de la mano de
Hesse.
Con cariño,
R31k3
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