lunes, 4 de abril de 2022

Reseña: A sangre fría de Truman Capote


Ficha técnica

Título

A sangre fría

Autor

Truman Capote

Editorial

Random House Mondadori

Primera edición

2015

Impresión

Colombia

Páginas

478

ISBN

978-958-8639-92-5


Explorar libros de diversos géneros es algo que me gusta bastante. No solo porque permite descubrir siempre cosas nuevas (lo cual parece lo más obvio), sino por el reto que representa para mí. ¿Por qué? El cerebro humano tiene la facultad de adaptarse fácil y rápidamente a estímulos frecuentes, y los libros no son la excepción. Particularmente, cuando salí de la universidad de la carrera de filosofía, leer literatura era supremamente complicado, y no por la densidad de los contenidos, porque la literatura en general es mucho más ligera que la filosofía. No. Sino porque el estar analizando constantemente la historia (cosa que hago en alguna medida en mis reseñas), desde los más mínimos detalles me limitaba empatizar con personajes, o simplemente engancharme y disfrutar de la lectura. Ahora, el libro que traigo a colación el día de hoy ha sido uno de esos cambios para bien, tanto para conocerme como para conocer un género que no había tocado hasta el momento: la no ficción.

A sangre fría es, tal vez, la novela más conocida de Truman Capote (1924 – 1984), periodista y literato estadounidense. Estas dos profesiones las unió precisamente en esta obra, pues, como si fuera un anunció de programas de policías, es una obra basada en hechos reales. De hecho, en los agradecimientos del mismo (al menos en esta versión de la editorial Lumen), se entiende con claridad que, incluso, existió asesoramiento profesional de tipo legal. De entrada, entonces, se puede afirmar que es la reconstrucción, a partir de una investigación, de un asesinato, expuesto en estilo novela.

El libro está dividido en cuatro partes, a saber: 1, los últimos que los vieron juntos; 2, Personas desconocidas; 3, Respuesta y 4, El rincón. Todo en un orden y sencillez tal que, a nivel de extensión, el libro se siente no solo balanceado, pues cada capítulo tiene casi la misma cantidad de páginas, sino también liviano, pues a pesar de sus más de doscientas hojas, es de muy fácil lectura.

Capote nos emplaza en Kansas, ubicado en el medio oeste de Estados Unidos. Lugar que se caracteriza por sus amplias llanuras, como por su tierra fértil y productiva para quien sabe aprovecharla. Holcomb, donde viven nuestras víctimas, es una ciudad pequeña que se hará famosa a partir del asesinato de una familia. Nuestra familia protagonista: Los Cuttler.

La cabeza de la familia era Herbert Cuttler, un granjero de 48 años exitoso a causa de su disciplina y dedicación. Un hombre de “esos que ya no se encuentran”, pues su temple, carácter fuerte y amable según las necesidades, a la vez que proactivo, y vida alejada de la codicia en sentido negativo, lo vuelve no solo un empresario ejemplar, sino integrante muy querido en su comunidad por representar el ideal de padre de familia y hombre de sociedad. A esto se sumaba su excelente condición física y su renombre entre los círculos de agricultura.

Herbert contrae matrimonio con Bonnie Fox, de la que puede decirse, que era su única preocupación real, pues después de sus embarazos comienza a tener problemas de salud. Según Cuttler, era una mujer nerviosa y tenía sus “rachas”, aunque lo cierto era que la mujer llevaba varios años en tratamiento psiquiátrico. Ella se avergonzaba, tanto por la mujer que solía ser, como por la influencia de la misma enfermedad. Así, pocos la veían ya que ella prefería la seguridad de su casa; de su habitación.

En total eran cuatro los hijos de los Cuttler. Eveanna y Beberly eran las mayores, pero para los acontecimientos que sucederán en el libro son irrelevantes, pues ya habían conformado familia y vivían lejos. Los otros dos, Nancy y Kenyon, protagonizarán junto a sus padres el centro del crimen.

Nancy es una adolescente de dieciséis años la cual es, al igual que su padre, apuesta y bastante admirada. Es una chica alegre y que ocupa todo el tiempo que permanece despierta (pues de poder hacerlo, utilizaría las 24 horas del día), en diversas actividades que la cultivan. Desde sus estudios secundarios, a actividades de teatro y cocina, explora todas sus potencialidades, al igual que ayuda a otros cuando la necesitan. Esto normalmente le acarrea consecuencias negativas, pues decir sí a todo la lleva a un desgaste constante. Aun así, ama ser quien es y sabe lo que le gusta. Sin embargo, ella no está exenta de los problemas propios de su edad.

Se enamorada de un joven, que en términos generales es agradable a su padre, llamado Bobby Rupp. Y si bien Herbert es un hombre casi ideal tanto como esposo como padre, promueve de forma activa que su hija rompa lazos con Rupp por sus creencias religiosas, ya que ellos son metodistas, y la familia del joven son católicos; cosa que a futuro no se ve prometedor, pues no podrán casarse.

El segundo hijo es Kenyon. Este chico no es particularmente extrovertido, o tiene una injerencia profunda. Lo que se puede destacar es su porte al buen estilo Cuttler, pues es alto para su edad y de espaldas anchas, pero es más bien reservado.

Si bien estos cuatro miembros conforman una familia prospera, no tenían un servicio permanente en su casa. Pues en consonancia con la salud Bonnie, Herbert se encargaba de cosas generales como cocinar. Aparte de ello solo una pequeña familia, conformada por padre, madre e hijo bebé, son los más cercanos geográficamente. Esto es relevante para el asesinato de los Cuttler, pues ellos no escucharon nada.


Los victimarios, o asesinos, son dos. Por un lado, tenemos a un joven adulto que por su actitud y formas de expresarse, se puede caracterizar sintéticamente como “el chico malo”. Una oveja descarriada que ha atravesado una vida turbulenta a causa de su impulsividad. De nombre Richard Hickock, más conocido como Dick, ha pasado por varios matrimonios, pero siempre reconocerá a la mujer de su primera unión como la que realmente ha amado. Es diestro para embaucar a las personas y llevarlos al fraude. En esta historia ya ha pasado por la cárcel y, al quedar libre, solo busca un “gran golpe” que le permita llevar una vida de solvencia económica entre lujos materiales y mujeres. Su compañero de crimen es Perry Edward Smith, al cual conoció en prisión.

Smith es un hombre particular, tanto física como psicológicamente. El era un hombre mixto, es decir, el origen de sus padres era diverso. Por un lado, su madre era cheroqui (o cherokee), grupo indígena norteamericano que generalmente se caracteriza por su apariencia, estando dentro de sus características estándar, como el cabello negro y grueso, los pómulos altos y la piel entre rojiza y marrón. El padre era de origen irlandés y asentado en estados unidos, que en principio se dedica a ser artista de rodeo. Básicamente es un cowboy. Esta mezcla hace de la apariencia de Perry Smith algo especial, por no decir atractiva. Pero la vida de él será bastante dura.

Cuando conocemos este personaje, es apenas un ladrón de mala monta con libertad condicional. Pero como dijimos anteriormente, el conoce a su compañero de asesinato cumpliendo una pena. Allí dentro ocurre el evento que hará que tanto Smith como Hickock se sientan atraídos uno al otro: un asesinato.

Alardear hace parte de la vida cotidiana de las personas. A veces los eventos se ven exagerados o minimizados según las necesidades. En este caso particular, Smith asegura en un momento determinado a Hickock que llegó a asesinar un negro en Las Vegas con una cadena y que nunca fue condenado por ello. Esta revelación se da porque Smith admira la fuerza de Hickock como su seguridad ante sus propias convicciones, al tiempo que la atención de Hickock se ve atraída hacia Smith, pues a pesar de su apariencia es un hombre tenaz. Esta amistad se verá reforzada en libertad, a través del gran golpe que darán. Idea dada por Hickock.

Ahora, la novela es escrita en intervalos en cada capítulo. Es decir, se va profundizando en la cotidianidad de los Cuttler, para pasar a la preparación de los asesinos, para volver con los Cuttler. Dado el golpe, se pasa a los investigadores, como a las personas del pueblo, las noticias a cerca del asesinato, y los personajes que se van sumando a la historia. En síntesis, se avanza a un ritmo equilibrado con los diferentes actores y profundizando en su historia. De hecho, y ya avanzado el evento del asesinato, se sigue construyendo el pasado de los asesinos, como de las consecuencias de sus actos.

A sangre fría es un caso novelizado que puede ser, como casi todo buen libro, leído de manera superficial, o buscando cierta profundidad en su narración; tiene tantos aspectos que intervienen directa, como indirectamente, que en una primera lectura pueden pasarse por alto.

Puedo afirmar que en primera instancia la especulación respecto al caso es limitante, pues al ser un hecho histórico bien documentado, no queda lugar a duda no solo al asesinato y sus móviles iniciales. Impresión inicial que puede perder peso si se tiene consideración que los aspectos de la vida de los asesinos, como la recepción de la muerte de los Cuttler, permite una comprensión abarcante de aspectos sociales y culturales de la época, que igualmente ocurre con el pasado de los asesinos, pues permite una comprensión de aspectos familiares y hereditarios. Pero no me quedaré en una mención tan abierta y mencionaré algunos temas que, de ser el caso, el lector podrá explorar si se acerca a esta obra.

Dentro del paso de Smith encontramos una relación de su apariencia ya descrita, ligada a su percepción estética y su herencia genética. Primero, porque en un punto de su vida tuvo un accidente de moto, lo que le conllevó a una recuperación incompleta de sus piernas. Esto hace que su físico sea desproporcionado. Mientras su tren superior es ancho y fornido, a causa del accidente, sus piernas hacen que tenga una manera no solo irregular de caminar, sino que se ven delgadas y hasta atrofiadas. Esto lo avergüenza, al punto de no querer nunca mostrar sus piernas por ninguna razón. Ahora, un par de sus hermanos murieron por mano propia, y su madre que alcohólica, literalmente muere a causa de su propio vómito.

El mismo Smith es marcado por ellos, y tal vez sea por viajar con su padre a Alaska de niño, y sus escapes, lo hacen un soñador que se deja convencer de diversa publicidad acerca de diferentes partes del mundo que desea conocer. Al mismo tiempo acomete sobre la lectura y la búsqueda de un estatus más alto traducido en lenguaje y vocabulario, llevando una especie de diario con palabras que para el suenan estilizadas y complejas.

Por otro lado, Hickock desde pequeño demostró una inteligencia superior, en contraste a su incapacidad para mantener relaciones interpersonales fuertes. Esto hace que las personas para el sean un medio y no un fin en sí mismos, y que a corto o largo plazo los vea como herramientas para sus propósitos. Perspectiva que lo hace acercarse a Smith.

Es un estafador nato, capaz de embaucar a las personas fácilmente. Su retórica y habla generan confianza. Esto se contrasta con la inestabilidad ya antes mencionada, y hace que solo busque placer a corto plazo, pues al reconocer sus habilidades para salirse con la suya, su egocentrismo y confianza le juegan en contra y exceden sus capacidades de cálculo estratégico. Todo esto con un plus más oscuro, pues se sexualidad perturba al punto de que es tendiente a la pedofilia.

Al mismo tiempo el retrato de Holcomb como un lugar de prosperidad agraria, contrasta con la vida de la persona negra como ciudadano de segunda o tercera categoría, y donde el asesinato es un evento de tal magnitud que hace identificar, dentro de los primeros lugares, a los ciudadanos de esta raza como sospechosos. Pero no se queda allí, sino que se genera una desconfianza tal, que personas que han convivido por años en el mismo lugar, comienzan a sospechar entre sí.

Otro tema delicado a nuestros ojos contemporáneos es la homosexualidad, pues ser “marica” es una degeneración de la moral, tan común, que se considera negativamente, tanto por pasivos habitantes de un pueblo o ciudad, como por criminales, aunque se normalizan estas prácticas en otros espacios, como la prisión.

Estos son solo unos pocos de los temas que se agregan y son gran fuente de consideraciones acerca de los aspectos personales y contextuales de este suceso histórico, al tiempo que se puede apreciar la maestría de Capote como narrador.

Claro, siempre existirán aspectos que restan puntos a las obras, y esta declinación aparece aquí hacia la parte final. Esto sucede al traer a colación, de forma innecesaria y de manera poco interesante, las historias de otros casos de asesinos o condenados. Si bien parece una estrategia para amenizar y contextualizar el desenlace de cómo termina la historia de Smith y Hickock, se siente superfluo al lado de la gran exposición que se da a lo largo del libro (esto sería lo único realmente criticable).

En última instancia, creo que o queda duda alguna acerca de mi apreciación y recomendación de A sangre fría, que sigue vigente, tanto como parte de un nuevo género literario naciente en su época, como por el hecho de que pasan los años y envejece de manera satisfactoria.

Sin nada más qué decir, 

con cariño, R31k3

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