Ficha técnica | |
Título | El exorcista |
Autor | Willlliam Peter Blatty |
Editorial | Ozzeman |
Impresión | Edición digital |
Páginas | 273 |
El Exorcista, como muchas novelas
de culto, parece que no necesita presentación, no solo por su amplia
popularidad entre los lectores como entre aquellos que han tenido experiencia
con el cine de terror. Adaptación esta última que no solo goza de gran
reconocimiento por la forma explícita en que presenta varias escenas clave del
libro, sino por una mitología alrededor de esta, donde elementos que son
“propios” de la posesión diabólica trascienden el espacio cinematográfico y se
mezcla con la realidad. Y coloco entre comillas “propios”, porque si bien
podemos hablar de cosas como hablar en letras extrañas, lectura de mente,
transformación grotesca del poseso, etc. Podríamos decir que estos clichés,
son precisamente establecidos por esta obra. Lo cual no es de subestimar.
El inicio propiamente dicho,
antes de entrar en el grueso de los protagonistas, será una especie de capítulo
uno, ubicándonos en Irak del norte. Allí encontramos un hombre que se encuentra
en u sitio arqueológico, en el que hallará una cabeza de piedra verde. Cabeza
del demonio. Poco después este misterioso hombre centrará su atención en una
estatua de piedra caliza, cuyas formas (alas y pies con garras, entre otras),
hará énfasis en el demonio: Pazuzu es su nombre.
Por otro lado, tendremos a Damien
Karras. Padre de la orden jesuita, que vive entre su entrega a la religión, su
profesión como psiquiatra y su madre enferma. El será el primero, ya avanzada
la novela, que intervendrá, tanto como médico y hombre espiritual, en la vida
de la víctima de la posesión: Regan.
Tenemos otros que serán los
personajes de apoyo o secundarios. Ya nombré a la pareja de sirvientes de la
casa MacNeil. También estará Burke Dennings, director bastante reconocido,
amigo y colega de Chris, el cual tiene el grave problema de meterse en
problemas serios cuando bebe demasiado. Sharon Spencer es una joven, originaria
de Oregon, secretaria de Chris e institutriz de Regan. En general se comportará
también como amiga fiel en los momentos de crisis. Por último, al menos en los
más relevantes, está en detective William Kinderman. Hombre que entrará en la
trama en el momento de la muerte de uno de los personajes, y cuyas sospechas de
un asesinato hará que se mezcle hasta cierto punto en los acontecimientos
sobrenaturales.
Ahora, el problema del exorcista, al menos para el lector asiduo, es que no pasa de ser una novela históricamente relevante por aquellos elementos que deja en la cultura acerca de este aparente fenómeno demoniaco. En otras palabras, las características aparentemente propias de un exorcismo que se puede manejar en lo cotidiano, y lo cual aun reviste ese hálito de misterio e incluso miedo. Háblese por ejemplo de la tabla ouija (güija). Tablero de madera que trae un abecedario, números y diversos símbolos, como el sol y la luna (depende del tipo de ouija), junto a una pequeña punta, también de madera, la cual cabe en la mano y trae en su centro un vidrio. Este último, al entrar en contacto con el espíritu, y teniendo la persona levemente presionado sobre la tabla, se moverá forma gradual (donde se supone que no interviene para nada aquel que lo esté presionando), dando respuestas a las preguntas que se le hagan.
Esto no deja de ser bastante
particular, pues se esperaría que una obra que tuvo, y ha tenido, tanta
repercusión en el cine y en el mundo literario, no tuviera un mal envejecimiento.
Porque eso es lo que ha sucedido con este libro.
El libro es bastante entretenido,
y si he de nombrar más de sus bondades, realmente crea una atmósfera lúgubre y
siniestra. Además, el proceso de posesión se hace gradualmente, y puede
resultar gratamente frustrante como lector, el saber que se trata de una posesión
en un mundo que apunta cien por ciento a la medicina. Es como tener la respuesta
inevitable, pero no saber cómo se van a dar el proceso de descubrimiento y desarrollo
del exorcismo. El proceso de desarrollo psicológico de Regan es satisfactorio,
pero aun mejor es el de su madre, que tiene que conllevar la pérdida de la primera
gran oportunidad de dirigir una película, con la espiral de desesperación y
decadencia de su hija. Con Karras pasa algo similar a Regan, pues la pelea interna
que desarrolla entre su fe y la psiquiatría, junto a una decepción o
alejamiento del camino de Dios que eligió, se siente natural y progresivo. Pero
pare de contar.
Como he nombrado, dentro de la
narrativa aparecen elementos o características de los rituales satánicos, que
si bien marcan un antes o un después del imaginario (o tal vez de los rituales
reales), dentro de la historia tienen una incidencia media o simplemente nula.
Por ejemplo, los sacrilegios que son llevados a cabo en una iglesia, cuyo
contenido va desde lo vulgar a lo sexual, terminan por ser una amenización y sin
relevancia alguna. Igual pasará con el interés de la misa negra. Será una
charla de fiesta, de la cual sabremos una que otro rasgo, además de llevar al
encuentro de un libro, pero nada más allá. De este último, el libro, se
utilizará como ingrediente para entender de alguna manera el padecimiento de
Regan, pero será realmente relegado. Por último, tampoco se profundiza en la
tabla ouija. Solo es un disparador.
Ni qué decir del título. “El exorcista” tiene un contenido muy grande. Si bien es icónico, también es una desventaja, pues ya revela de qué tratará (posesión, religión, creyentes, demonio – o demonios –, satanismo, etc.). Sin embargo, al abordar el libro, no queda muy claro a quién hace referencia el título. (dejo este punto hasta acá, pues sería ya demasiados adelantos). Y si bien hay un crecimiento y profundización de Karras, no así de otro personaje que en algún punto más arriba ya mencioné.
En general, no es una mala novela,
no en general, pero discutir sobre ella es limitado. Esto hace que, al menos
para mí, y en general para el grupo que la leímos, no sea realmente memorable.
Es decir, pasa con un poquito de pena, y una pizca de gloria. No sé si vuelva a
quedar dentro de mis peores lecturas de este 2022, como lo hizo en 2020, pero
en general, es recomendable para grupos de lectura de terror (como fue mi caso),
o personas que les guste el género. Por su puesto, también para personas que
apenas se inician en este mundo. Pero hasta ahí.
Con expectativa a la próxima lectura
de terror
R31K3
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