Ficha técnica |
|
Título |
Persuasión |
Autor |
Jane Austen |
Editorial |
Calpe |
Primera edición |
1919 |
Impresión |
Madrid |
Con esto, seguramente espantaré a
más de un fan de la autora y de sus obras. No me sorprendería que así fuera. Y
aun así, ante tanto seguidor de Austen, como de sus libros, me preguntaba si
tal vez me equivoqué en la apreciación. Si, por un desacierto de gustos y
análisis, estoy desfasado y un autoengaño me lleva a menospreciar una gran
obra. Por ello, y siguiendo una lectura conjunta de esta autora, decidí dar una
nueva oportunidad a Austen. Ahora, ¿de qué trata persuasión?
La historia se abre con la cabeza
de la familia Elliot: Sir Walter Eliot. Este es un hombre arrogante, el cual
tiene por gran defecto que esa arrogancia lo lleva tener una vida de derroche a
favor de una vanidad imbuida por la alta sociedad. Ropa, lugar donde vive,
reuniones, festejos, etc. Sir Walter Elliot es viudo, y tiene a su cargo a dos
de sus tres hijas. La mayor, Isabel, es de una personalidad paralela a la de su
padre. Anna, nuestra protagonista, la segunda en orden, es de una personalidad
más solícita, no por ello tonta o despistada. La última, María, ya casada, es
una joven perezosa, la cual está acostumbrada a convencer a los demás a hacer
las cosas que no quiere, colocando siempre como excusa alguna enfermedad.
Incluso, detesta hacerse cargo de su propio hijo.
La esposa de Sir Walter, tenía
una mujer amiga. Tan allegada, que se le confió la educación de las hijas. Más
allá de lo esperable, esta mujer, de apellido Russell, no se casó con Sir
Walter, aunque si servía como una especie de institutriz. Y aunque tuvo
contacto con las tres, siempre tuvo por preferida a Ana.
Mientras la señora Russell
propone un plan a largo plazo, estamos hablando de varios años, para pagar a
los acreedores, y mantener una vida de altura en su querido hogar llamado Kellynch
Hall. Esto, si bien suena bien en principio, es absolutamente imposible para
Sir Walter e Isabel, y junto al consejo del abogado Shepherd, deciden dejar
Kellynch Hall, para un lugar no demasiado austero, pero que permita paliar en
alguna medida, su economía decadente.
La centralidad de nuestra
protagonista, Anna, se da en la medida de su “fealdad”. Parte de la alta alcurnia
que promueve Sir Elliot, de cara a la sociedad, no solo es económica, sino
estética. Para el, Ana era una preciosa criatura de pequeña, pero que al crecer
pierde su encanto. Esto marcará cierto desprecio por parte también de Isabel,
que hará de Ana una mujer sin soberbia y más abierta a las posibilidades.
Dentro es estas está el rechazar a Carlos Musgrove, hombre que, al verse
rechazado, decide casarse con su hermana menor.
Bueno, hasta aquí tenemos una
descripción somera. ¿Pero qué sería de Austen sin romance? Tal vez poco. Y el
romance de Anna viene precedido por un rechazo involuntario. Ana tiene un
romance a muy corta edad con un chico de apellido Wentworth. Como en ese
momento era pobre, se ve persuadida por la señora Russell, pues no es buen
partido a futuro, y menos teniendo en cuenta su linaje. Ella hace caso, y se cohíbe
de este joven amor.
Ahora que han abandonado Kellynch
Hall, este último queda para ser ocupado. Esto ocurre por parte del Almirante Croft,
un hombre bastante amable, pero cuyas relaciones navales, lleva consigo a una
relación cercana con Wentworth, que ahora, después de nueve años, ostenta el
título de oficial, y con ello a integrar de nuevo los círculos sociales de Ana.
Hasta aquí, como siempre, no hay
mayor cosa que pueda encontrarse en los portales acerca del argumento, además
de otros personajes de la obra. Por ello, seguiré con mi apreciación, de la
cual anticipo que infortunaré al amante de Austen, no solo por los spoilers que
desde ya anticipo, sino, porque aseguro, esta obra es de una etapa que podría
decirse como decadente. ¿Por qué? Los factores históricos apuntan a que esta última
obra de la autora, pues estaba escrita algún tiempo antes de su muerte, cosa
que llevo a que fuera publicada de forma póstuma; esto implica que su edición
se hizo basándose en lo que se conocía de ella. Esto abre un espectro a la
posibilidad de que la obra no está terminada, si no, más bien corregida, según
las posibles expectativas de la autora. Además, estamos hablando de la última
etapa de su vida, y con esto, todo lo que puede implicar un escritor envejecido.
Aun así, hay estructuras básicas de
Persuasión que comparte con Orgullo y prejuicio, y que al parecer hace lo mismo
con otras obras, lo cual limita las características históricas ya mencionadas.
Primero, es una novela burguesa.
¿hay un problema con ello? No realmente, pero si es de reprochar que la autora
solo retrate la vida de los ricos, que solo pueden ser felices cuando se casan
para continuar medianamente con sus riquezas.
Y es que a Austen se le defiende
por defender la libertad de la mujer. Cosa que no negaré en absoluto. Pero que
al igual que con Orgullo y prejuicio, defiende la libertad de la mujer de cazarse
con quien quiera, con independencia de su procedencia, y que el valor
predominante sea el amor verdadero. Pero esto no es de todo real en toda la
extensión que se esperaría, porque los personajes principales, solo son felices
si hay dinero de por medio.
Incluso, todo personaje pobre que
aparece, o medianamente cerca de la quierbra total, tendrá un final feliz que
es atravesado por la riqueza. Así pasa en este texto con una vieja amiga de la
escuela de Ana, así pasará en Orgullo y prejuicio, curiosamente también con la
amiga de la protagonista.
Normalmente no me gusta hablar de
si conecto o no con personajes, pero el trasfondo de Ana, donde es despreciada
por su padre literalmente por fea, o su inseguridad a causa del rechazo echo a
su amado en el pasado, no alcanza a explotarse, ya que pasa a ser solo un eslabón
más de una historia de hacer visitas y conexiones sociales para mantener una
vida económicamente relevante.
Mientras Isabel sufre por verse
demasiado mayor para sacarse, y su padre se regodea, y desea regodearse,
constantemente con las clases altas. Las reuniones que ofrecen todas las
comodidades necesarias para expandir las amistades, como de generar esos
espacios, es clara. Entonces, ¿no habría sido más interesante ver si el
verdadero amor soporta no solo el tiempo, sino la inmisericorde pobreza? ¿El no
saber como sobrevivir día a día y que esto no afecte el amor, sino que sea ese
mismo amor el que lleva a vivir una vida satisfactoria, así sea en la humildad?
Pues esta idea, tal vez demasiado moderna, era parte de la cotidianidad de la
época de Austen, donde sus historias relegan del todo la revolución industrial y
lo interesante de esa época.
Un par de aspectos abandonados,
para cerrar el contenido mismo de la obra, y con falta de explotación son, por
un lado, uno primero, que se podría juzgarse más como caprichoso por mi parte
como lector; un segundo, de vital importancia a lo largo de la obra al que no
se le da profundidad. Respecto al primero, se menciona la importancia de un
libro de la familia Collins, en el cual Sir Elliot apuntaba elementos relevantes
de la historia de la familia. En dicho objeto se hace un énfasis tan importante,
además que se usa para enganchar al lector, que al final es irrelevante y solo
se nombra, de manera somera, una segunda vez, casi culminando la novela. En
segundo lugar, y un elemento que es repetitivo por su aparente estimación en
los personajes, es la vida naval.
Desde un principio tenemos a un Sir
Elliot que denigra la vida en altamar, al igual que la guerra, porque degenera
rápidamente la juventud y la belleza de los hombres. Es un ataque mordaz.
Además, si bien su nuevo huésped en Kellynch Hall es de esta profesión, al
igual que Wentworth, el nuevo esposo de Anna (¡Uy no, que ironía!), no se
muestra en absoluto acerca de las dificultades que viven en la guerra. De los
traumas o las cosas horribles que vieron allá. No. Tampoco la dificultad que
tal vez Wentworth pasó, para mantener su amor latente, pues parece que es
lícito intuir que su título ya es deseable para un matrimonio. No. No hay
absolutamente nada de trasfondo sobre la vida de estos hombres, que viven de puerto
en puerto, con un entrenamiento propio para la guerra. No. Realmente parecen soldados
de plástico o marinos de juguete. La profesión es exquisitamente vacía.
Reafirmo que esta autora ha sido
henchida de forma exagerada, por una cultura de tradición inglesa que trata de
enaltecer su misma historia, al igual que una cultura pop que es capaz de
retratar de manera seductora cualquier historia, endulcorando cualquier cosa.
Por eso, también reafirmo, que la
obra de Austen está englobada para estudios históricos, es decir, de carácter académico,
como para tomar sus obras como mero entretenimiento, pero que está dada desde
una burbuja que no toma en cuenta otros aspectos de la realidad, y que no solo enmarca
en la no ficción, sino que sus libros tienen una configuración repetitiva.
Básicamente un molde.
Por esta razón, amigo lector, NO
recomiendo ni Persuasión, ni Orgullo y prejuicio, más allá del especialista, o
porque no consigues nada mejor que leer. Cosa por demás difícil con la oferta
cuasi infinita de buenos autores.
Con cariño, R31K3
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