Ficha técnica |
|
Título |
Carmilla |
Autor |
Sheridan Le
Fanu |
Editorial |
Instituto
Distrital de las Artes – IDARTES. |
Primera
edición |
2014 |
Impresión |
Bogotá |
ISBN |
9789585855380 |
En ese sentido, hasta de las
bestias mitológicas, soy un fiel defensor de lo clásico. Pues, si bien es
entendible que mentes inquietas quieran renovar con su visión aquellos seres e
historias que los apasionan, siempre es bueno retomar aquellos textos que
arrastra su historia hasta llevarlos a lo alto que están.
Por eso, a favor de los orígenes
de los bebedores de sangre, traigo la reseña de Carmilla de Sheridan Le Fanu.
A partir de este pequeño preámbulo,
la historia se abrirá con el lugar de los sucesos: Estiria. Lugar actualmente
localizado en Austria, y por cuya descripción, es una zona rica en tradiciones
medievales, y nuestros protagonistas no están exentos de ello, pues viven en un
castillo. Y más allá de lo que se pueda creer, la razón es de legado como de
economía, pues el dinero en esas zonas, permite gozar de lujos que en otros
lugares no.
De extensos bosques y de ambiente
solitario, pues de castillo a castillo, como de pueblo en pueblo, hay millas y
leguas de distancia, tenemos un paisaje, que si bien no se pinta lúgubre o
netamente espantoso, sí comenzamos a ver la facilidad en que puede escalar
diversos problemas. Por ejemplo, la comunicación.
He dicho que
el lugar es muy apartado. Usted verá si no estoy diciendo la verdad. Al mirar
por la puerta principal hacia la carretera, el bosque que rodea nuestro
castillo se extiende quince millas a la derecha, y doce a la izquierda. A unas
siete millas en esa misma dirección, o sea a la izquierda, queda el pueblo
habitado más próximo. Y a una distancia de aproximadamente veinte millas en
sentido contrario se halla el más cercano castillo de alguna importancia
histórica, el del viejo general Spielsdorf.
Ahora bien, para darle más fuerza
a todo, la historia está relatada como un recuerdo. En primera persona, y con
la fuerza de la memoria, los eventos, que se describirán como traumáticos, son
relatados por parte de una joven: Laura. Esta vivirá en el castillo con su
padre, y su servidumbre constituida por Madame Perrodon y mademoiselle De
Lafontaine, esta última su institutriz.
La distancia entre dominios,
hacía que no solo se conociera más o menos los lugares más próximos, sino que
los “vecinos”, llegaran a visitarse unos a otros, en un ejercicio, tanto de
estrechar lazos, como se mantener la seguridad en esas amplias áreas. Esto
llevaba a Laura a recibir visitas por parte de otras jóvenes, como ella el
visitarlas.
Todo comienza a tornarse
interesante, una noche de ambiente melancólico, en que hablando con su padre,
una escena extraña llega a sus ojos:
primero dos
jinetes cruzaron el puente, seguidos de un coche tirado por cuatro caballos,
con dos hombres montados detrás. Evidentemente era el coche de una persona de
alto rango, y al instante quedamos fascinados frente a un espectáculo tan inusitado.
Pocos instantes más tarde, el espectáculo se volvió aún más interesante, ya
que, apenas pasada la cumbre del alto puente, uno de los caballos que tiraban
el coche, el que iba adelante, se asustó. Su pánico contagió a los demás, y
luego de corcovear desesperadamente, todos arrancaron en un galope desenfrenado
y, sobrepasando a los jinetes que iban en primera fila, vinieron tronando,
desbocados, hacia nosotros a la velocidad de un huracán.
El accidente termina con una
mujer de aspecto imponente, y de actitud extraña, junto a una pequeña en brazos
del mismo carruaje. La pequeña era hija de la mujer, y en resumidas cuentas, a
causa de su debilidad, era más fiable que la pequeña recién llegada se quedara,
gracias a la amabilidad de la cautivada Laura y su padre, en el castillo, a
arriesgarse a un viaje que empeorara su salud. Así, a promesa de volver por
ella, la chica, que se llamaba Carmilla, sería, en adelante, una nueva huésped.
Hasta acá, más allá de lo
pensable, no había mayor extrañeza que el mismo accidente, sino fuera porque la
presunta madre de Carmilla, como la misma joven, no permiten saber nada acerca
de ellas. Nada de su pasado es revelado, ni siquiera frente a la creciente
amistad con Laura, como por el hecho de que el padre de Laura hizo la promesa
de no intentar buscar en sus pasados.
Por que sí. En nuestras mentes
tenemos un modelo de vampiro ya modelado, pero que no deja de transformarse día
a día por nuevos creadores. Pero en Carmilla, como en los clásicos, encuentro
un valor realmente importante: el miedo.
Los extensos bosques, la soledad
de la distancia, el aislamiento como forma de vida, la dificultad en las
comunicaciones, el misterio de las bestias que viven en la oscuridad, etc.
Hacen que, si te metes de verdad en el cuento, y tratas de eliminar esa mala
costumbre que muchos tenemos de deducir como va a hilarse los acontecimientos,
hacen que realmente lo disfrutes.
También Carmilla toca fibras
delicadas para la época. En especial, la tendencia al lesbianismo. Porque sí, Carmilla
tiende a amar abiertamente a Laura. Pero ese amor es no solo a nivel de
amistad, y mejor, labra en la seducción y el erotismo.
Un cuento largo que hace parte de
la historia de la construcción del mito del vampiro occidental, Carmilla, de Sheridan
Le Fanu, es un texto que puedes leerte en una tarde, y aportar mucho si te
gusta la literatura del terror.
Con muchos gusto, R31K3
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