Ficha técnica |
|
Título |
Dune |
Autor |
Frank Herbert |
Editorial |
Debolsillo |
Primera edición |
2017 |
Impresión |
España |
ISBN |
9788467596824 |
Por otro
lado, y aun más complejo a mi parecer, es la lógica del mundo. Esto, porque ya
no solo incluye historias personales donde hay un limitado número de relaciones
humanas, sino que el espectro se abre exponencialmente, haciendo que tramas
políticas, sociales, económicas, personales, ambientales, religiosas, místicas,
etc. Se entrelacen y las acciones en un área afectan a otra. Y estos mundos son
los más difíciles no solo de crear o analizar, sino de mantener una dinámica
creíble de causa-efecto, y Dune es un ejemplo de ese desmesurado intento de
crear todo un universo.
La historia
se abre con un joven y su madre, nuestros protagonistas principales: Paul y
Jessica. Paul Atreides es un adolescente hijo de un Duque, del duque Leto
Atreides, del planeta Caladan. Uno de los planetas de un sistema de carácter
feudal, en donde encontraremos un rey absoluto, Padishah Shaddam IV, que tendrá
subordinado a un número de casas, mayores y menores, y donde cada planeta debe
rendir no solo lealtad, sino pagar en forma de producción.
A pesar de
vivir en un planeta que goza de recursos hídricos, los Atreides están en plena
preparación para un viaje al Planeta Arrakis, o Dune. Un lugar que tiene dos
grandes características. La primera, es prácticamente su superficie consiste en
arena. Es un lugar desértico, donde lo que tiene mayor valor es el agua.
Segundo, el planeta es una especie de mina de oro; oro que se traduce en la
melange, una especia de producción natural, que se explota a niveles industriales,
por su uso en diversas áreas. La empresa principal de la explotación de dicha
especia es la CHOAM. Una corporación encargada del transporte de toda
mercancía, además de que, a través de esta, pasa todos los asuntos económicos
del universo conocido. La CHOAM esta bajo la cofradía, que es un tipo de
institución que garantiza los viajes de mercancías.
Si bien la
importancia de Arrakis es incalculable a partir de la especia, y el viaje de
los Atreides, al parecer, tiene como fin una alianza, los misterios y la
tensión comienza a desenvolverse al saber que en planeta hay nativos que
sobreviven no solo al inclemente desierto, sino a las bestias depredadoras por
excelencia: los gusanos. Seres tal cual su nombre los describe, de dimensiones
casi irreales, pero que casualmente, aparecen cerca de la especia.
Pero
volviendo a nuestros personajes principales, Paul ha sido entrenado desde
pequeño en el arte del combate, pero un secreto se esconde desde su nacimiento,
pues si bien es hijo de Jessica, su nacimiento va contra las reglas, ¿Por qué?
Resulta que Jessica pertenece a un grupo llamado Benne Gesserit. Una
organización que cría mujeres con habilidades superiores, tanto físicas como
mentales, llegando a una sensitividad tal que a partir de la información que
recaban de una persona, sin que esta lo manifieste, pueden deducir estados de
ánimo y hasta anticipar acciones. Lo cual las hace mortales.
Estas
características no solo les hace ganar la etiqueta de brujas, sino que se
vuelven la mano derecha de los grandes dirigentes, cual consejeras, para que
estos no caigan en engaños. Su contraparte son los mentat, hombres entrenados
con habilidades similares, pero enfocados desde el cálculo y la matemática. Algunos
mentat se corrompen por la especia, pues esta no solo funciona para productos y
alimentos, sino que su principal característica es ampliar los sentidos y que la
conciencia se expanda, a favor de ver cosas que aun no han pasado. Algo así
como predecir el futuro muy cercano o inmediato. La casa Atreides cuenta con su
propio mentat llamado Tufir Hawat.
A pesar de
que Jessica es madre del hijo del Duque Leto, este nunca la toma por esposa.
Siempre será su concubina a pesar de que él la ama. Esto lo hace por estrategia
política, pues si bien Leto tiene un hijo, está abierto para contraer
matrimonio con otra casa para fortalecer la propia.
Las
verdaderas intenciones de Leto se comenzarán a revelar cuando tiene una
reunión, poco después de que la vida de Paul fuera amenazada, en la cual tendrá
un visitante bastante particular. De ojos pintado de azul, una característica
propia de los que consumen la especia, este hombre pertenece a los Fremen, los
nativos de Arrakis, a la vez que el lugar donde él ha llegado, goza de palmeras
y agua, cuando el pueblo parece carecer del preciado líquido.
Hasta este
punto no puedo decir más nada, al menos no directamente, porque sería un
adelanto injustificado. Por tanto, seguiré con mi valoración.
El libro
está desbalanceado en sus tres partes a nivel de volumen. La primera es la más
grande, la segunda es un tanto más corta, y la tercera aun más. Esto es ya un
mal indicio, pues si es un universo, lo cual hace que se abran muchas líneas de
la historia, lo corto de la última parte al ser tan pequeña respecto a la
primera, puede quedarse igualmente corta en cerrar la mayoría líneas
argumentales.
De entrada,
debo afirmar, que la obra es supremamente entretenida, pero que debes tener un
proceso de adaptación a los personajes, sus nombres como las palabras extrañas
que hace referencia a objetos y lugares. Esto no tomará demasiado realmente,
pero si te hará un tanto lenta la lectura en principio. Además, la creatividad
de la tecnología, como los destiltrajes, ropa que permite mantener la
mayoría de la humedad en el desierto, o los tópteros, naves para sobrevolar, es
muy interesante. Igualmente, la amenaza natural que son los gusanos es algo que
llama mucho la atención, pues la tensión de no morir de deshidratación en el
desierto, aumenta sobre estos monstruos, no siento tú más que un pequeño
entremés.
Las descripciones
también son bastante ricas y precisas. Esto permite llenarte de vocabulario que
probablemente no dominas, si te tomas la lectura en serio, y así reconstruir el
mundo y sus diferentes espacios. Así, tendremos extensas dunas cuya soledad
contrasta con la amenaza de la muerte por el inmisericorde calor, los nativos o
los gusanos. Fríos lugares donde se toman decisiones políticas que afectarán el
transcurrir de la historia, y oscuras cuevas donde la vida aflora en un sentido
poco convencional.
Crear un
universo de este tamaño cuesta demasiado, y si tenemos en cuenta que este
primer libro le constó al autor un promedio de seis años, tenemos que no fue un
trabajo fácil. Pero, aun así, los convencionalismos, al igual que muchos deux
ex machina, son utilizados de tal manera, que un mala sabor de boca te
queda cuando terminas el libro.
No quiero,
como dije con anterioridad, dar adelantos que puedan dañar la experiencia, pero
dejaré en claro algunas impresiones que me deja el libro.
Primero, el
problema de conectar con los personajes. Desde Paul hasta Jessica, pasando por
Leto como por otros seguidores, los personajes no gozan de una personalidad que
te haga encariñarte o sufrir sus desventuras o su muerte. Y esto no es un
sentimiento personal, pues este libro hace parte de mis lecturas conjuntas
mensuales, y lo que realmente atrapa al lector es el mundo como tal, y no los
personajes. Paul es el típico protagonista que sabes que va a superar cualquier
obstáculo, y que se muestra cada vez más poderoso, casi over power, que
nada lo lastima. Incluso demuestra tal fortaleza en un par de pérdidas, que si
bien se entiende en el contexto de un protagonista fuerte, no deja de sentirse
el vacío que faltó ese sentimiento de sufrimiento humano.
El enemigo,
los Harkonnen, a veces pasan de ser algo interesantes, a ser solo una triste
caricatura de enemigos. No solo no son los más poderosos en el imperio, sino
que golpes de suerte, demasiado convenientes, hacen que tomen fuerza, pero que
al final tuvieron un protagonismo nimio, casi irrelevante. De hecho, más allá
de los acontecimientos de la primera parte donde pasa algo emocionante a causa
de ellos; es decir, por la traición de un Atreides (no se preocupen, esto es
algo que carece de profundidad y termina sabiéndose con rapidez quién fue),
podrían cambiarse por otros villanos y poco o nada faltaría.
Esto me
lleva a la batalla final, que, si bien no carece de acción real, hay una pelea
entre dos personajes que definirá el futuro de los Atreides, los Fremen, los
Harkonnen, etc. Que se siente razonable para el momento, pero que cuando lo
piensas, obedece a un mero cliché de las novelas que tienen de fondo como
protagonista un joven.
Sin
mencionar que uno de los personajes que logra atraparte, que según se sabe era
el protagonista original de la obra, muere trágicamente, entre un romanticismo
sobre el planeta en sí, y la miseria de ser consumido por el mismo. ¡Oh, que paradójico! De hecho,
la forma de muerte de dicho personaje fue una decisión poco racional por parte de sus captores, pues este tenía todo para sobrevivir.
Y el final.
¡Volviendo al final! El problema no es la acción vivida o el desenlace dado. He
de aceptar que me gustó. Saber quién ostenta el verdadero poder, ver caídos a
ciertos personajes, incluso, ese aire de calma que en cierta manera puede
respirarse. El problema viene con el cierre, donde un par de líneas finales
arruinan todo con una horrible bofetada al lector. Esas líneas antes de que
diga “Fin”, destrozan por completo el argumento de todo el libro. Es como si el
centro del argumento de más de cuatrocientas páginas, fuera pasado por alto
para hacer énfasis en algo que tenía un lugar secundario.
Dune no lo
recomiendo como una lectura fundamental de la ciencia ficción, más allá de un
mero entretenimiento y una gran bolsa de ideas que pueden ser adaptadas a otras
áreas. Además, si quieres pasar un rato, debe ser uno muy largo, para englobar
un libro extenso, además de una obra completa de tantos tomos, que en lo personal, no me motiva lo suficiente para leerlos.
Con
sinceridad, R31K3
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