lunes, 19 de julio de 2021

Reseña: Dune de Frank Herbert


Ficha técnica

Título

Dune

Autor

Frank Herbert

Editorial

Debolsillo

Primera edición

2017

Impresión

España

ISBN

9788467596824

 

Hablar de ciencia ficción, al menos para mí, es complejo. No solo porque mi acercamiento ha sido poco, sino porque lo que busco en una obra, en toda obra en general, es una lógica interna que alcance varios aspectos. Primero, que los personajes se sientan reales. En cuanto a esto me refiero que frente a ciertas circunstancias, como eventos y personas, sus reacciones sean razonables. Que los diálogos y las acciones sean pertinentes y no solamente porque lo desea el escritor. Igualmente que la evolución o estancamiento del personaje sea creíble. Porque no todos los protagonistas o personajes secundarios tienen un desarrollo obligado. Podemos referirnos a la realidad, donde un barrista de futbol, por más que lo envíen al hospital o pase parte de su vida en la cárcel, seguirá con la misma lógica del fanático. O, por ejemplo, la mujer que se acostumbra a la violencia, y por más que amigos o familiares le hacen entender su error, que puede llevarla a un trágico desenlace, continúa con esa actitud a pesar de que ella es consciente de sus errores.

Por otro lado, y aun más complejo a mi parecer, es la lógica del mundo. Esto, porque ya no solo incluye historias personales donde hay un limitado número de relaciones humanas, sino que el espectro se abre exponencialmente, haciendo que tramas políticas, sociales, económicas, personales, ambientales, religiosas, místicas, etc. Se entrelacen y las acciones en un área afectan a otra. Y estos mundos son los más difíciles no solo de crear o analizar, sino de mantener una dinámica creíble de causa-efecto, y Dune es un ejemplo de ese desmesurado intento de crear todo un universo.


La historia se abre con un joven y su madre, nuestros protagonistas principales: Paul y Jessica. Paul Atreides es un adolescente hijo de un Duque, del duque Leto Atreides, del planeta Caladan. Uno de los planetas de un sistema de carácter feudal, en donde encontraremos un rey absoluto, Padishah Shaddam IV, que tendrá subordinado a un número de casas, mayores y menores, y donde cada planeta debe rendir no solo lealtad, sino pagar en forma de producción.

A pesar de vivir en un planeta que goza de recursos hídricos, los Atreides están en plena preparación para un viaje al Planeta Arrakis, o Dune. Un lugar que tiene dos grandes características. La primera, es prácticamente su superficie consiste en arena. Es un lugar desértico, donde lo que tiene mayor valor es el agua. Segundo, el planeta es una especie de mina de oro; oro que se traduce en la melange, una especia de producción natural, que se explota a niveles industriales, por su uso en diversas áreas. La empresa principal de la explotación de dicha especia es la CHOAM. Una corporación encargada del transporte de toda mercancía, además de que, a través de esta, pasa todos los asuntos económicos del universo conocido. La CHOAM esta bajo la cofradía, que es un tipo de institución que garantiza los viajes de mercancías.

La contraparte de los Atreides son los Harkonnen, otra de las grandes casas del sistema feudal, y que tiene a la cabeza a Vladimir Harkonnen, gobernante del planeta Giede Prime. Este hombre, junto a su mentat Piter de Vries y su sobrino Feyd-Rautha Harkonnen, buscan hacer el juego sucio a los Atreides, para apuntar, en última instancia, al trono del rey Padishah.

Si bien la importancia de Arrakis es incalculable a partir de la especia, y el viaje de los Atreides, al parecer, tiene como fin una alianza, los misterios y la tensión comienza a desenvolverse al saber que en planeta hay nativos que sobreviven no solo al inclemente desierto, sino a las bestias depredadoras por excelencia: los gusanos. Seres tal cual su nombre los describe, de dimensiones casi irreales, pero que casualmente, aparecen cerca de la especia.

Pero volviendo a nuestros personajes principales, Paul ha sido entrenado desde pequeño en el arte del combate, pero un secreto se esconde desde su nacimiento, pues si bien es hijo de Jessica, su nacimiento va contra las reglas, ¿Por qué? Resulta que Jessica pertenece a un grupo llamado Benne Gesserit. Una organización que cría mujeres con habilidades superiores, tanto físicas como mentales, llegando a una sensitividad tal que a partir de la información que recaban de una persona, sin que esta lo manifieste, pueden deducir estados de ánimo y hasta anticipar acciones. Lo cual las hace mortales.

Estas características no solo les hace ganar la etiqueta de brujas, sino que se vuelven la mano derecha de los grandes dirigentes, cual consejeras, para que estos no caigan en engaños. Su contraparte son los mentat, hombres entrenados con habilidades similares, pero enfocados desde el cálculo y la matemática. Algunos mentat se corrompen por la especia, pues esta no solo funciona para productos y alimentos, sino que su principal característica es ampliar los sentidos y que la conciencia se expanda, a favor de ver cosas que aun no han pasado. Algo así como predecir el futuro muy cercano o inmediato. La casa Atreides cuenta con su propio mentat llamado Tufir Hawat.


Dama Jessica como toda Benne Gesserit tiene la habilidad de decidir el sexo de su hijo, pero estas solo deben tener niñas. Ella va en contra de ello teniendo a Paul, el cual recibe tanto el entrenamiento mentat y el Benne Gesserit. La decisión de Jessica, que ella misma siempre tachará de egoísmo y hasta traición, tiene como base un mito de las Benne Gesserit, el cual consiste que algún día nacerá en Kwisatz Haderach. Un ser el cual, siendo hombre, tendrá las habilidades Benne Gesserit, pero aún más poderoso a tal punto, que su conciencia llegará mucho más allá del de ellas. Siendo realmente un super humano, y donde el mito es realmente un proyecto que dura varias generaciones.

A pesar de que Jessica es madre del hijo del Duque Leto, este nunca la toma por esposa. Siempre será su concubina a pesar de que él la ama. Esto lo hace por estrategia política, pues si bien Leto tiene un hijo, está abierto para contraer matrimonio con otra casa para fortalecer la propia.

Las verdaderas intenciones de Leto se comenzarán a revelar cuando tiene una reunión, poco después de que la vida de Paul fuera amenazada, en la cual tendrá un visitante bastante particular. De ojos pintado de azul, una característica propia de los que consumen la especia, este hombre pertenece a los Fremen, los nativos de Arrakis, a la vez que el lugar donde él ha llegado, goza de palmeras y agua, cuando el pueblo parece carecer del preciado líquido.

Hasta este punto no puedo decir más nada, al menos no directamente, porque sería un adelanto injustificado. Por tanto, seguiré con mi valoración.

Hay que tener en cuenta que Dune es un referente de la ciencia ficción americana, y que goza de una gran reputación. Ahora mismo consta de más de seis libros, siendo el primero el que estoy reseñando, donde algunas de las obras han sido escritas por el hijo del autor. Además, ciertas ideas que aparecen en la obra, han inspirado a autores. Por ejemplo, al mismo George Lucas y su universo de Star Wars.

El libro está desbalanceado en sus tres partes a nivel de volumen. La primera es la más grande, la segunda es un tanto más corta, y la tercera aun más. Esto es ya un mal indicio, pues si es un universo, lo cual hace que se abran muchas líneas de la historia, lo corto de la última parte al ser tan pequeña respecto a la primera, puede quedarse igualmente corta en cerrar la mayoría líneas argumentales.

De entrada, debo afirmar, que la obra es supremamente entretenida, pero que debes tener un proceso de adaptación a los personajes, sus nombres como las palabras extrañas que hace referencia a objetos y lugares. Esto no tomará demasiado realmente, pero si te hará un tanto lenta la lectura en principio. Además, la creatividad de la tecnología, como los destiltrajes, ropa que permite mantener la mayoría de la humedad en el desierto, o los tópteros, naves para sobrevolar, es muy interesante. Igualmente, la amenaza natural que son los gusanos es algo que llama mucho la atención, pues la tensión de no morir de deshidratación en el desierto, aumenta sobre estos monstruos, no siento tú más que un pequeño entremés.

Las descripciones también son bastante ricas y precisas. Esto permite llenarte de vocabulario que probablemente no dominas, si te tomas la lectura en serio, y así reconstruir el mundo y sus diferentes espacios. Así, tendremos extensas dunas cuya soledad contrasta con la amenaza de la muerte por el inmisericorde calor, los nativos o los gusanos. Fríos lugares donde se toman decisiones políticas que afectarán el transcurrir de la historia, y oscuras cuevas donde la vida aflora en un sentido poco convencional.


Las tramas sociales son bastante creíbles, además que no es un libro que te da todo en bandeja de plata, o masticado, sino que debes ir haciendo conexiones conforme avanza la historia. Esto permite que la lectura sea medianamente exigente en cuanto a memoria. Sin embargo, y siempre viene el pero, la obra en general no es mala, pero tampoco buena.

Crear un universo de este tamaño cuesta demasiado, y si tenemos en cuenta que este primer libro le constó al autor un promedio de seis años, tenemos que no fue un trabajo fácil. Pero, aun así, los convencionalismos, al igual que muchos deux ex machina, son utilizados de tal manera, que un mala sabor de boca te queda cuando terminas el libro.

No quiero, como dije con anterioridad, dar adelantos que puedan dañar la experiencia, pero dejaré en claro algunas impresiones que me deja el libro.

Primero, el problema de conectar con los personajes. Desde Paul hasta Jessica, pasando por Leto como por otros seguidores, los personajes no gozan de una personalidad que te haga encariñarte o sufrir sus desventuras o su muerte. Y esto no es un sentimiento personal, pues este libro hace parte de mis lecturas conjuntas mensuales, y lo que realmente atrapa al lector es el mundo como tal, y no los personajes. Paul es el típico protagonista que sabes que va a superar cualquier obstáculo, y que se muestra cada vez más poderoso, casi over power, que nada lo lastima. Incluso demuestra tal fortaleza en un par de pérdidas, que si bien se entiende en el contexto de un protagonista fuerte, no deja de sentirse el vacío que faltó ese sentimiento de sufrimiento humano.

Jessica es un personaje irritante. Se repite tanto todos los beneficios de ser una Benne Gesserit, que si llegué a repetirlo mucho con anterioridad, es infinitamente más repetitivo en la obra, que sus habilidades solo se muestran desde la segunda parte del libro, lo cual disminuye el personaje. Seguido de esto, sus sentimiento y emociones parecen una montaña rusa que no va a ningún lugar. En todo momento tiene miedo de su propio hijo. En todo momento se abstiene de ser el apoyo emocional de Paul para fortalecer una actitud fría, de la cual se continúa asustando. Y a cada momento tiene poca resolución en si ver a su hijo como el elegido, cosa que ella misma estaba buscando al engendrarlo, o solo como un error egoísta. Es demasiada indecisión para una mujer con una de los mejores entrenamientos del universo.

El enemigo, los Harkonnen, a veces pasan de ser algo interesantes, a ser solo una triste caricatura de enemigos. No solo no son los más poderosos en el imperio, sino que golpes de suerte, demasiado convenientes, hacen que tomen fuerza, pero que al final tuvieron un protagonismo nimio, casi irrelevante. De hecho, más allá de los acontecimientos de la primera parte donde pasa algo emocionante a causa de ellos; es decir, por la traición de un Atreides (no se preocupen, esto es algo que carece de profundidad y termina sabiéndose con rapidez quién fue), podrían cambiarse por otros villanos y poco o nada faltaría.

Esto me lleva a la batalla final, que, si bien no carece de acción real, hay una pelea entre dos personajes que definirá el futuro de los Atreides, los Fremen, los Harkonnen, etc. Que se siente razonable para el momento, pero que cuando lo piensas, obedece a un mero cliché de las novelas que tienen de fondo como protagonista un joven.


Y hablando de clichés, el amor es muy extraño. Pues si bien es entendible que los romances disminuyen en importancia al lado de una guerra, cosa que es bastante de admirar en esta obra, quien será la pareja de Paul podría no haber existido, excepto por una escena en la tercera parte que la hace absolutamente “necesaria”, y poco o nada cambia. De hecho, casi casi, por un pelo de rana clava, se presenta el “por el poder del amor”, echando por el suelo una lógica interna que trata de construirse desde la biología y la genética.

Sin mencionar que uno de los personajes que logra atraparte, que según se sabe era el protagonista original de la obra, muere trágicamente, entre un romanticismo sobre el  planeta en sí, y la miseria de ser consumido por el mismo. ¡Oh, que paradójico! De hecho, la forma de muerte de dicho personaje fue una decisión poco racional por parte de sus captores, pues este tenía todo para sobrevivir.

Y el final. ¡Volviendo al final! El problema no es la acción vivida o el desenlace dado. He de aceptar que me gustó. Saber quién ostenta el verdadero poder, ver caídos a ciertos personajes, incluso, ese aire de calma que en cierta manera puede respirarse. El problema viene con el cierre, donde un par de líneas finales arruinan todo con una horrible bofetada al lector. Esas líneas antes de que diga “Fin”, destrozan por completo el argumento de todo el libro. Es como si el centro del argumento de más de cuatrocientas páginas, fuera pasado por alto para hacer énfasis en algo que tenía un lugar secundario.

Pero bueno, cerraré esta reseña y crítica de Dune, recordando una frase de mi tutor de trabajo de grado de mi carrera, el cual me decía, que al momento de elegir un problema a desarrollar y un texto por escribir, lo sopesara mentalmente con mi mano. Si algo cabe en ella y puedo atraparlo, es porque voy por buen camino, pero si se me sale de ella, se me escapa entra los dedos, o es demasiado grande para no cerrarla, voy por mal camino. Y siento que esto pasa con Dune. Es como dice la frase popular, abarca mucho, pero aprieta poco. Y apretó tan poco, que los saltos temporales de la tercera parte te dejan con un mal sabor de boca.

Dune no lo recomiendo como una lectura fundamental de la ciencia ficción, más allá de un mero entretenimiento y una gran bolsa de ideas que pueden ser adaptadas a otras áreas. Además, si quieres pasar un rato, debe ser uno muy largo, para englobar un libro extenso, además de una obra completa de tantos tomos, que en lo personal, no me motiva lo suficiente para leerlos.

Con sinceridad, R31K3

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