Fincha Técnica
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Título
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El sol y el acero
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Autor
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Yukio Mishima
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Traductor
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Luis Murillo
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Editorial
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Alianza Editorial
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Primera edición en español
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2010
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Impresión
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Madrid
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ISBN
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978-84-206-6443-9
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El autor
Nacido en 1925, Mishima fue
reconocido como uno de los mejores escritores del siglo XX. Se destaca en su
vida profesional su creación de novelas, cuentos y teatro, como su relación
íntima y continua obsesión con la muerte. Mishima tuvo una dura infancia la
cual incluye la reclusión continua en su niñez por parte de su abuela además de
una salud frágil, la exposición continua al arte japonés (en especial el teatro
el cual amará toda su vida) y la dificultad de entenderse como miembro de algún
grupo. Muere el 25 de noviembre de 1970 como resultado de sepukku (切腹) por su fallido golpe de
estado, que muchos identifican como una coartada o excusa para finiquitar su
vida de una forma artística, trágica (aunque al final el ritual no saliera del
todo bien).
Contenido
El
sol y el acero es la segunda autobiografía de Mishima. En
la primera, Confesiones de una máscara,
tenemos un Mishima joven y que comienza a descubrir sus gustos como su
orientación sexual. En esta biografía tenemos, si bien aspectos claramente
descriptivos sobre su vida, un tono maduro y de corte existencialista. Encontramos entonces que la
problemática del El sol y el acero se
centra en la dualidad mente cuerpo. Para ser más exactos: palabra-carne, pues como el mismo Mishima lo delinea desde un
principio, “En resumidas cuentas, lo que estaba buscando era un lenguaje del
cuerpo” (pág. 12).
Mishima ha dedicado su vida
entera a las letras, a la intelectualidad. Esto ha llevado consigo que tenga
una perspectiva determinada del mundo, como una forma de experimentar la vida
misma. Sin embargo, a más de sus treinta años comienza una problemática para él
que podríamos entender con la pregunta ¿para qué tengo mi cuerpo? Las palabras
entonces había generado un mundo determinado y por tanto un cuerpo en esa misma
línea de comprensión, La corporalidad no tenía una relevancia clara pues, a la
larga, estaba encerrado en una idea de cuerpo que, irónicamente, no hacía
partícipe al mismo cuerpo de la existencia; al menos no en términos físicos, de
entrenamiento.
La tentación de un ideal nuevo
de cuerpo fue calando poco a poco en la mente de Mishima. Así pues, “el cuerpo
ideal –el cuerpo ideal– debía seguir siendo, me decía a mí mismo, absolutamente
libre de toda interferencia del lenguaje. Sus características podrían resumirse
en dos: taciturnidad y belleza formal” (pág.16).
Ese nuevo lenguaje corporal
lleva consigo a Mishima a explorar diferentes formas de conseguirlo, de
adquirirlo. Es así que sus experiencias personales, desde las cuales inicia su
plan de creación, son la base para su
teorización del cuerpo que desembocará en su revelación sobre sol y el acero:
“La formulación de toda manera nueva de pensar empieza por tratar de expresar de muchas maneras diferentes un único tema, hasta entonces ambiguo. Igual que el pescador que ensaya todo tipo de cañas y el esgrimidor toda clase de espadas de bambú hasta que encuentra una cuyo peso y longitud le convienen, así, al formular una manera de pensar, una idea todavía imprecisa adquiere una expresión experimental bajo una variedad de formas; es sólo cuando se descubren las medidas y el peso adecuados cuando se convierte en parte de uno mismo” (pág., 38-39).
“La formulación de toda manera nueva de pensar empieza por tratar de expresar de muchas maneras diferentes un único tema, hasta entonces ambiguo. Igual que el pescador que ensaya todo tipo de cañas y el esgrimidor toda clase de espadas de bambú hasta que encuentra una cuyo peso y longitud le convienen, así, al formular una manera de pensar, una idea todavía imprecisa adquiere una expresión experimental bajo una variedad de formas; es sólo cuando se descubren las medidas y el peso adecuados cuando se convierte en parte de uno mismo” (pág., 38-39).
Es esa búsqueda la que
implanta la actitud que Mishima adopta frente al mundo u la crítica misma que
hace hacia si mismo. La experimentación de algo nuevo, de un nuevo lenguaje, de
una nueva perspectiva, lleva consigo por obligación una crítica y un abandono
parcial o total de la zona de confort en la que se estaba con anterioridad.
Este abandono es un aventurarse a nuevos niveles de experienciar, a darse a sí
mismo un mundo revelado y que te lleva una apertura real de cuanto hace falta
en entender tu propio ser en las limitadas coordenadas que normalmente
manejamos en lo cotidiano. Por ello mismo, Mishima hace clara su nueva perspectiva
con una crítica:
“De este modo, de decía yo, había conseguido pista sobre la comprensión íntima del culto al héroe. El cinismo, que considera cómica toda veneración de héroe, se ve siempre ensombrecido por un sentimiento de inferioridad física. Invariablemente, es el hombre que se considera físicamente desprovisto de atributos heroicos quien se mofa del héroe”. (pág. 47).
“De este modo, de decía yo, había conseguido pista sobre la comprensión íntima del culto al héroe. El cinismo, que considera cómica toda veneración de héroe, se ve siempre ensombrecido por un sentimiento de inferioridad física. Invariablemente, es el hombre que se considera físicamente desprovisto de atributos heroicos quien se mofa del héroe”. (pág. 47).
Por último cave recalcar que
a través de este trabajo a su cuerpo, la
piel tostada y la tensión muscular, Mishima introduce poco a poco su visión
del mundo (que se puede rastrear en su primera autobiografía) acerca de
diferentes temas, entre ellos y que parecen ser ejes centrales de su
pensamiento: el sufrimiento y la muerte.
Crítica y opinión personal
Esta autobiografía de
Mishima goza de una complejidad inaudita. A diferencia de la primer autobiografía,
ésta última entrega es totalmente de corte conceptual y filosófica, claro está.
El Primer problema que encuentro en el texto es externo al mismo, me refiero a
la traducción. Como lo menciono en mi video-reseña, el traductor no se toma la
mínima molestia en colocar textos a pie de página respecto a conceptos y
definiciones del libro. Este es un error supremamente grave teniendo en cuenta,
no solamente que el texto es filosófico (lo cual es benéfico los comentarios),
que viene de un lenguaje tan complejo y profundo como el japonés. Entonces,
sumándole las precariedades en la traducción que se pueden deducir, más el
lenguaje del cual proviene, el texto, aunque corto, te da un gran dolor de
cabeza página a página para lograr entenderlo.
Otro problema y viene de la
estructura misma que Mishima le ha dado. Si bien tiene un orden claro en el
desarrollo de su nueva perspectiva, que va desde sus anteriores experiencias
como del ideal inicial, creación y progreso, la falta de tal vez subtítulos, divisiones
claras más allá de un espacio entre ciertos párrafos, lleva consigo a
confusiones en un libro que aborda tantos temas y tan complejos.
La parte que se rescata y da
su gran valor, es la profundidad misma a un tema que puede llegar a sonar
superficial. La dualidad cuerpo-mente, en términos de la vida cotidiana. ¿Cuántas
veces no hemos criticado, o pensado, ese chico tan grande, esa chica tan sexy,
pero que seguramente es corto (a) de entendimiento (diciéndolo decentemente)? ¿Cuántas
veces parece incompatible la intelectualidad con la ejercitación física? Es así
que Mishima nos trae esa perspectiva que en principio parece incompatible; una
vida de reclusión le ha llevado a centrarse en la intelectualidad y ha llevado
consigo la consecuencia de una cuerpo fofo, lento. Mishima recurrirá a todo un
complejo conceptual para entender los cambios que comenzará a planear para si
mismo y para la vida que normalmente enfrenta. Una llamada al equilibrio. Por
lo anteriormente nombrado al texto le doy una calificación de 7 y una
dificultad tres estrellas, difícil.
Con gusto, su
servidor, Reike.
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