domingo, 12 de junio de 2016

Reseña El gato que venía del cielo - Takashi Hiraide


Fincha Técnica
Título
El gato que venía del cielo 猫の客
Autor
Takashi Hiraide 平出
Traductor
Yoko Ogihara y Fernando Cordobés
Editorial
Alfaguara
Primera edición en español
2014
Impresión
Madrid

El autor

Hiraide Takashi, originario de Kitakyūshū, prefectura de Fukuoka, del Japón, es un escritor y editor. Ha trabajado por varios años como editor en Tokio y poco a poco está tomando fuerza tanto su nombre como sus obras. Fue invitado al Hay Festival 2016[1], que se lleva a cabo en Cartagena Colombia y desde allí ha proliferado la lectura que hoy reseño: El gato que venía del cielo.

Se caracteriza a Hiraide por ser de la nueva corriente de literatura japonesa. Incluso ha sido elogiado por Kenzaburo Oé: “Desde lo más profundo de la poesía, Hiraide crea una nueva prosa”. Y es que este autor, si bien mantiene esa característica de prosa japonesa en donde la historia corre lentamente, hace que la lectura sea amena, sin excesos de atavíos o redundancias. Espero, sinceramente, que escritores como Hiraide crezcan dentro de la literatura latinoamericana pues me he llevado una gran sorpresa con este libro; dejaré esto último para la parte crítica.


La forma

Consta de 29 capítulos cortos en un total de 86 páginas. Así que más que una novela con diferentes líneas argumentales, es una historial larga, un cuento largo a mi parecer.

El texto es directo y se siente orgánico, es decir, no parece que le falte o sobre algo al mismo. Por ésta razón el texto, a pesar de ser una traducción de una lengua tan compleja como lo es el japonés, tiene lo que puede llamarse musicalidad; no lleva un ritmo demasiado rápido o lento. Tal vez sea la experiencia como editor lo que permitió a Hiraide escribir este texto, que si bien es corto, parece lograr esa conexión con el lector.

Por último, tiene una cantidad aceptable de notas acerca de palabras japonesas que identifican cosas u objetos y que pueden resultar desconocidas. Estas las encontraremos al final del texto.


Ambientación

Estamos en este texto en un Japón que está sintiendo los estragos del cambio de era (80s y 90s). Dichos estragos se destacan a nivel económico. Los ciudadanos de pocos ingresos se ven obligados a la hipoteca o recurrir a la no adquisición de propiedades, optando la mayoría al arrendamiento para tener un lugar donde poder vivir (situación que se vive aún  en Japón actual).

En esta situación es la que se encuentran nuestros protagonistas, pues viven en arriendo en un pequeño lugar anexo a una gran casona y no piensan en un inicio de la novela en adquirir propiedad alguna. Así, los días pasan entre el bello jardín de la casona, la soledad del pequeño resguardo; un contexto de calma que se intercambia con los problemas de las proyecciones económicas.

Tendremos entonces ese lugar especial en donde, como refugio último y primero, se va transformando poco a poco de un lugar un tanto frío e inhóspito, a uno un poco más agradable, habitable y cómodo gracias al pequeño visitante continuo: Chibi.


Los personajes[2]

La pareja: un par de personas que han vivido mucho tiempo juntas. Tanto, que ya han pasado esa edad donde parece posible tener un hijo. Así, tenemos este par viviendo en un lugar agradable, pero que a causa de su trabajo (son editores y escritores freelance) parecen ignorar las bondades del lugar en donde viven. Su vida comenzará a regocijarse con la presencia del tercer personaje: Chibi[3].

Chibi: es el gato principal del texto. Es un gato que adoptó un niño vecino (la casa del olmo). Dicho animal tiene algunas particularidades, como es la de no dejarse nunca alzar o maullar. Es, propio de su naturaleza, curioso de su mundo, y poco a poco va relacionándose más profundamente con nuestra pareja. El gato parece gustar de ese ambiente (si no es que de otros) y será la motivación y la razón de sentimientos encontrados de nuestros protagonistas.


El contenido

Nuestra pareja protagonista vive en un pequeño pabellón anexo a una casona. Ambos se dedican a trabajo de escritores y editores y así viven: entre trabajos. Un bello jardín, una vida que constantemente se presenta a ellos sin novedades relevantes, son el entorno que acostumbra su día adía; algo cambió en algún momento. Un niño vecino, el de la casa del olmo, exclamó algo que llego a oídos del hombre de nuestra pareja: “Quiero quedarme el gato!”. Y como este mismo lo escribió:

“Cuando más adelante lo pensé, comprendí que fue en ese instante cuando todo se desencadenó”.

Nuestro pequeño animal, esquivo y furtivo al principio, será aquél que le dará poco a poco un cambio al ambiente gris que vive esta pareja. Incluso, el mismo hombre acepta que ese gusto, esa ternura, que demuestran en exceso algunos amigos por los gatos, le resultaba incluso ridículo. Así mismo, el gato al principio parecía demasiado tosco: no maúlla y rehúsa totalmente a ser alzado en brazos.

El amor hacia un gato podía llegar a tal punto, que incluso se recuerdan las palabras de una fotógrafa: “los enamorados de los gatos consideran que el suyo es la maravilla entre las maravillas, como si estuvieran ciegos ante los demás”. De esta forma, en una relación que cada vez se hace más y más personal, Chibi pasa a sentirse como el hijo que nunca tuvieron.

Pero los problemas económicos, junto a la naturaleza propia de Chibi, lleva consigo a que los problemas se hagan presentes. ¿Cuáles son estos problemas? ¿Los superan? Te invito cordialmente que pases a leer el libro en cuanto tengas el tiempo, pues es una obra que no debes por nada perderte.


Crítica y opinión personal

Es realmente difícil llegar a hacer una crítica negativa del texto en tanto tal. No hay un criterio real que te pueda decir que en sí mismo el texto sea malo. Claro, el argumento es débil: un gato que llega a una casa y este genera un cambio positivo o negativo del ambiente del lugar que allí residen. Pero ese mismo hecho, la simpleza de lo que trata, es lo que toma Hiraide y le da ese toque único de su experiencia como editor y poeta. Lo que hace que el texto sea no solo interesante sino realmente atrapante.

Añadiría que el texto es más recomendado para personas que carezcan de, lo que podría llamarse, el amor enfermizo por las mascotas; en especial por los gatos. Es propio, actualmente, de la cultura japonesa, la estrecha relación con los gatos. La isla de Tashiro –Tashirojima– (sí, me equivoqué en la video-reseña, mis sinceras disculpas) es incluso un lugar donde estos felinos ocupan un gran porcentaje de la población. También encontramos en el mundialmente conocido anime la caracterización de personajes mezclados con estos (y otros) animales. Características como colas, zarpas, orejas, narices, etc. Hacen que sean seres llamativos, pero el resultado de una cultura relacionada constantemente con los felinos. Sin embargo, desde hace ya varios años se ha difundido una obsesión, a mi parecer insana, respecto a las mascotas.

Es así que encontramos gatos y perros vestidos y tratados como bebés. Perros con zapatos y gatos con vestidos. Así parezca esto algo “tierno” y digno de curiosidad, el daño que se hace a los animales puede ser irreparable, pues estos no son humanos. El texto de Hiraide parece ser consciente de ello, pues pasa del amor por Chibi a la expectativa de su comportamiento instintivo. El texto NO ES, entonces, como lo podrás encontrar en otras reseñas en la web, una oda a las mascotas y especialmente a los gatos. Creo acertar en que hay un problema en la comprensión del mismo desde la mezcla del argumento, el lenguaje poético y la fijación por los gatos. Si estoy errado en mi apreciación, entonces, también es tierno tener por mascota (dentro de lo posible) libélulas –esto último lo entenderás si lees el libro.


Así que, amigo mío, este libro se lleva mi calificación personal de un muy merecido 10. Espero te animes a leerlo, pues es una buena experiencia respecto a escritura que se está generando en el lejano oriente.


                                                         Con gusto, su servidor, Reike.

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