Ficha técnica | |
Título | Un árbol de Navidad y una boda. |
Autor | Fiódor M. Dostoievski. |
Tipo | Cuento. |
Editorial | Edición digital |
Primera edición | 2006 |
Páginas | 9 |
Ha sido todo un año sin reseñas, pues la última, sobre Stephen King, ya el 15 del 20204, ha hecho que a nivel de reseñas sea bastante improductivo. Aun así, hay cierto flujo de lecturas y lectores de este blog que me motivan una y otra vez a tratar de revivirlo, Por ellos y por aquellos otros que lleguen hasta aquí, reescribo esta primera reseña del año.
La obra
En esta primera oportunidad traigo un cuento. Este se encuentra, al menos así lo leí, en una compilación titulada Cuentos de Navidad. De los hermanos Grimm a Paul Auster, edición digital y, además, como más me gusta, en un club de lectura llamado Avenidanevski en Instagram, donde la mayoría de lecturas es sobre autores rusos (lo recomiendo), y donde si resides en un lugar diferente a Méjico (soy de Colombia), no hay lío, pues las reuniones son digitales. Ahora, ¿reseñar un cuento? ¿Un cuento de tan solo nueve páginas? Bueno, pues ahí está la magia o habilidad en la pluma de este autor ruso; un cuento puede decir mucho más de lo que uno cree.
Teniendo en cuenta el subtítulo "De las memorias de un desconocido", se introduce cordialmente a una anécdota; así: "Hace unos días vi una boda… pero, no, mejor voy a hablarles de un árbol de
Navidad. La boda fue muy bonita, me gustó mucho, pero el otro episodio es mejor.
No sé por qué, pero al ver la boda, recordé lo del árbol".
Apartado sencillo, de aquellos que muestran la candidez de una conversación afable, y así es, pero que nos transporta a una Rusia donde se percibe varios aspectos sociales que aun reinan en nuestra época. El primero, por su puesto, como la clase social influye en las interacciones entre unos y otros, pues el anfitrión de la fiesta usa la navidad no solo para celebración de una fecha especial, sino para entablar conexiones, negocios; ya saben, contactos. Por otro lado, el objetivo de los invitados no apunta en una dirección muy diferente, pues el autor contrasta constantemente el hombre inseguro y poco dado a socializar, con aquel interesado que no duda en demostrar las habilidades de grandilocuencia (este último puede ser tomado por nuestro villano).
Lo que encontramos es un escenario donde la festividad es una excusa para que unos y otros hagan migas en sus objetivos y donde vemos que, realmente los que se ven afectados, positiva o negativamente, o realmente disfrutan este día, son los niños. Y sobre ellos recae el argumento del texto.
El narrador, en primera persona, nos relata que fue invitado a una fiesta infantil, cuyo organizador es alguien influyente. Sin embargo, el era alguien sin asuntos claros en aquel evento, lo cual era perfecto para estar a su bola. Ir de allí para allá sin ningún compromiso. Libertad usada para volverse un observador. Aquí es cuando encuentra, como segundo ser que despierta su curiosidad, a Yulián Mastakóvich. Un hombre de aparente alcurnia y que se codeaba con el organizador.
El lugar está en gran medida dividido entre los adultos con sus asuntos y los niños, sin embargo destacarán dos: el hijo de una criada y una pequeña hija de un rentista, la cual tenía una dote de trescientos mil rublos. Sinceramente no se cuanto sean esos trescientos mil, pero en torno a esto gira la trama, pues Yulián abordará a la niña y no con buenas intenciones, aunque sí muy claras.
Opinión y crítica
Si bien la posición de un lector empedernido y falto de una carrera propiamente en letras (recuérdese, soy filósofo no literato) se puede sub estimar o simplemente despreciar (¿pues quién soy yo para pensar en una crítica a un autor universal como Dostoievski?), este es mi blog y creo que vale la pena hablar de este pequeño texto.
Ahora, como podrá esperarse (si mal no recuerdo la dinámica de mis reseñas), en esta sección habrán espoilers para que se dé de la mejor manera la opinión que poseo. Así, de entrada, afirmo que este es un muy, pero muy, buen cuento. Uno que llegó a dar para casi dos horas de diálogo en un grupo.
La acción inicial por parte de Yúlian que tomará sentido al final, es un cálculo que hace, concentrado, que puede pasar desapercibido, seguido de un beso en la cabeza de la niña que se hallaba alejada del grupo junto al hijo de la criada. Ese acercamiento, que ella siente hostil, es secundado por el niño y, entre ellos, tratan de alejar a este amenazante adulto. Recuérdese que en todo momento el narrador está presenciando la escena, y esto será importante. Pero vamos por partes. En este caso quisiera tomar la perspectiva del cuento en cuanto a contrastes; este enfoque lo tomo de un participante de la sesión, el cual me pareció particularmente interesante.
Desde el narrador que se compara con los demás comensales, pasando por Yulián con un hombre que se atuzaba las patillas y que resultaba más bien aburrido o apático, pasando por los niños ya nombrados, donde los regalos más costosos por para los de mayor estatus social y el último recibe lo de menos valor; como por el hecho de los intereses de los pequeños respecto a lo de sus padres, el cuento se enmarca en una dualidad de blanco y negro, de bueno y malo, que parece que no acepta matices. Esto es interesante, pues si bien hay una psicología detrás que puede no resultar muy compleja, sí es muy claro que no se necesita tal altura de desarrollo de personaje, pues el objetivo es otro: mostrar la mezquindad de los intereses económicos sobre la vida de otros. Por que sí, el objetivo de Yúlian es tomar por esposa a la pequeña y quedarse con la dote; con el dinero.
Esto puede sonar un poco turbio para nosotros, ya que se ve inmediatamente con malos ojos (pedofilia), pero hay que recordar en primer lugar que es una cultura ajena a la nuestra y, aparte de ello, que es un texto con un trasfondo crítico. Vemos esa separación entre adultos y niños, donde se juega con su futuro; la pleitesía que debe demostrar los ciudadanos de clase baja respecto a los de clase alta, la forma de valorar un ser humano en su función de acceso a ese estatus. En fin, un montón de aspectos que culminan en nuestro villano, pues por ciertos acontecimientos con los niños, demuestra ser un personaje cobarde, mal intencionado, interesado y hasta vengativo e infantil que, al final de cuentas, como pasa en la vida real, se sale con la suya.
De igual manera tenemos a nuestro narrador como un mero observador que nos comparte su anécdota, pero que es incapaz de interceder, pues no solo podría perder mucho, sino que deja en evidencia ese aspecto ya nombrado de realidad. ¿Qué ganaría él al entrometerse? Simplemente nada.
La niña, por su parte, es ese elemento trascendental del cuento que trasciende el tiempo, pues es la figura que aun tenemos en nuestro día a día. Solo hay que dar un googlazo para tener noticias, cifras o evidencia audiovisual, de muchas naciones que aceptan (por tradición), el matrimonio entre adultos y niños con todo lo que ello implica, sin dimensionar las consecuencias para los pequeños.
También, como unas pocas almas (nuestro narrador), son capaces, si bien no de tomar cartas en el asunto, de tener ese elemento de conciencia sobre asuntos que parecen de dudosa moralidad. De cómo no normalizan estos comportamientos que a las luces de la razón están mal. Y donde también pueden generar repudio, así sea huyendo del lugar. (Todo esto pertenece a diferentes partes de la historia).
Podría extenderme más, pero seguir cortando en tantas rebanadas este gran trozo de obra sería influir demasiado en las conclusiones, como en los puntos de vista, sobre un texto que vale la pena ser abordado por cada uno. Así que quedas totalmente invitado a buscar el texto y disfrutar este pequeño gran cuento.
Del regreso
Jeisson.
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