Alice Walker | |
Debolsillo | |
Ahora bien, Alice Walker, autora
de El color púrpura, ganó un premio Pulitzer con este libro, lo cual de entrada
ya nos puede dar una intuición de aquello con lo que nos encontraremos, pues
este premio no se limita a la literatura, sino también al periodismo, esto
último, parte de la profesión de Walker. En ese sentido, no tenemos a un
literato en estricta manera. No. Sino la presentación de una investigación en
forma de novela. Pero, ¿acaso la buena prosa es exclusiva del literato? ¡Por
supuesto que no! Ahí tenemos, por ejemplo, a García Márquez, que durante una
larga parte de su vida se desenvolvió escribiendo artículos periodísticos o
columnas, como fue en el diario El Heraldo, y más precisamente su texto Crónica
de una muerte anunciada, que basada en hechos reales. En el caso de Walker, esta
influencia se deja ver en su estilo de principio a fin, pero esto lo retomaré
más adelante.
La novela se ambienta en el sur de Estados Unidos entre los 40 y los 60, por datos como los primeros carros de motor que llegaban a las zonas rurales. Ahora bien, tiene dos protagonistas principales: las hermanas Celie y Nettie. Celie es la mayor, y es la que más tiene intervención a lo largo de la novela, mientras la historia de Nettie, tomará relevancia ya con acontecimientos algo avanzados.
Querido Dios:
Tengo catorce
años. Soy. He sido siempre buena. Se me ocurre que, a lo mejor, podrías hacerme
alguna señal que me aclare lo que me está pasando […] Él (el padre) no me dijo
ni una palabra amable. Sólo: Eso que tu mamá no quiere hacer vas a hacerlo tú.
Y me puso en la cadera esa cosa y empezó a moverla y me agarró los pechos y me
metía la cosa por abajo y, cuando yo grité, él me apretó el cuello y me dijo:
Calla y empieza a acostumbrarte. Pero no me he acostumbrado. Y ahora me pongo mala
cada vez que tengo que guisar. Mi mamá anda preocupada, y no hace más que
mirarme, pero ya está más contenta porque él la deja tranquila. Pero está
demasiado enferma y me parece que no durará mucho.
Desde el inicio de la novela se
puede comprender el tipo de sufrimiento por el que va pasando Celie desde corta
edad, pues no solamente es abusada sexualmente por su padre, sino que se
enfrentará con la dificultad de ser una afroamericana, en un ambiente machista
y retrógrado. En otras palabras, enfrentará el problema de las libertades asumidas
y aceptadas a los hombres, y la represión que sufren las mujeres. Por ello, la
historia de Nettie, al menos contada de boca de Celie, inicia poco después de
ser pretendida por un hombre de la edad de su padre. Este último será conocido
la mayor parte del tiempo como Mr.
Lo que comienza a remarcarse
desde el principio de la novela acerca de las hermanas, es una diferencia
clara, y no precisamente a nivel físico. Mientras Celie está totalmente
dedicada a ser ama de casa, tiende a una personalidad sumisa y obediente. Le
dicen constantemente que es bruta o tonta y ella asume ello. En contraposición,
cuando ella habla sobre su hermana menor, siempre resalta su inteligencia.
Además, Celie frente a los golpes es igualmente dócil, a tal punto que lo toma
por un comportamiento común para que una mujer obedezca las órdenes del esposo.
Es poco o nada arriesgada, y esto, junto al amor por Nettie, la llevará no solo
a protegerla, sino a motivarla para que huya de ese horrible lugar.
Hay que especificar que la
estructura del texto está dada a partir de cartas. Cartas, que como puedes
darte cuenta en la cita más arriba, son dirigidas a Dios la mayoría de veces. Y
esto hace, en mi opinión, más creíble la situación del personaje. A ver si me
hago entender.
La crítica que se le hacía desde
el grupo de lectura conjunta en el que participé, era hacia el estilo de la
autora. En palabras de uno de los participantes, era que “no había lenguaje”.
Es decir, no era un estilo que se identificara propiamente literario, o de una
narración de alto nivel. Y es que, si destaca en algo en cuanto a estilo, es el
hecho de que la mayoría del texto es sencillo, largando a lo tosco. Esto hizo
que algunos participantes no lo terminaran, por no soportarlo.
Por mi parte, y favor de la
autora, debo decir que me encontraba en desacuerdo con ellos. Como dije
anteriormente, el color púrpura es una novela de carácter epistolar. Seguido de
esto, quien escribe las cartas, en su mayoría cortas, es una mujer que no solo
no terminó la escuela, sino que la forma de expresarse debería no gozar de un
vocabulario rico en todo sentido posible. De hecho, su desconocimiento es tal,
que carece de palabras para describir con holgura las experiencias que
comenzará a descubrir. Así, siento que hay un desarrollo correcto, al menos de
este personaje, en cuanto al lenguaje, pues si bien no llega a ser complejo en
ningún sentido conforme avanza, si se siente un crecimiento en ese y otros
sentidos.
Lo que me parece que sí falla, y
ahí si estaría de acuerdo con los críticos del meet, es que esa
sensación de superficialidad lingüística recae en la hermana, Nettie, de la
cual tendremos noticias, cuando se describe como una mujer inteligente, que
devora libros y conoce más mundo que Celie, lo que haría que alcanzara una
mejor expresión tanto oral como escrita. Es decir, excepto por variados
pasajes, lo plano de Celie que parece natural, en Nettie se siente artificial.
Continuando con los desatinos, el título me parece que no logra atrapar la esencia del contenido del libro, pues si bien tiene lógica a partir de la primera experiencia que tendrá Celie con ese color, dicho acontecimiento parece no tener el peso y/o relevancia suficiente, para englobar lo que ocurrirá en su vida de principio a fin. De hecho, suceden tantas cosas, con tantos saltos en el tiempo que quedan vacíos de contenido, que incluso se siente que la lectura queda a veces cortada.
Esta novela explora esos defectos
humanos que lleva a hundir la vida de otros por creencias no fundamentadas, y alcanza
a tocar espacios de mayor riesgo, pero de forma sencilla y natural, como lo es
la homosexualidad o principios de ateísmo. Desenvuelve de forma satisfactorio,
sin embargo, el final es flojo. Se cierran muchas historias y quedan otras en
un continuará, lo cual es algo normal, pero parece un llamado a la paz y al
perdón de todos los actos, más por cansancio y costumbre, que realmente por una
seria meditación y retractación.
Sea como fuere, es una novela que
vale la pena más allá del estilo plano, al menos, si no has leído nada respecto
a la situación de la mujer y los negros, pero que, por extensión, se asemeja a
un larguísimo reportaje endulcorado con estilo literario.
Con atento cariño, R31K3
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