Ficha técnica
|
|
Título
|
Soy un gato
|
Autor
|
Natsume Sōseki (Natsume Kin'nosuke 夏目 金之助)
|
Traductor
|
Yoko Ogihara y Fernando Cordobés
|
Editorial
|
Impedimenta
|
Primera edición en español
|
2010
|
Impresión
|
España
|
ISBN
|
978 – 84 – 937601 – 5 - 1
|
Argumento
Soy un gato, de Natsume
Sōseki, nos cuenta la historia de un pequeño gato que, asegurando estar casi al
borde de la muerte a causa de la despreocupación de la raza humana, pues es
apenas un bebé, se ve adoptado por una familia. Vale decir de forma más precisa
que por un hombre de familia: el maestro Kushami.
Kushami es un hombre que vive
junto a su mujer, sus tres hijas y una criada en una casa promedio de la era
Meiji de Japón (finales del siglo XIX y comienzos del XX), que tiene por
particularidad ser un profesor de inglés de un carácter indiferente llegando al
grado de la despreocupación total por los demás.
Es así que este pequeño gato, el
cual nunca recibe un nombre, nos cuenta los eventos particulares de esta
familia desde su particular perspectiva felina y, claro está, las diferentes
aventuras que el mismo gato pasa en su vida gatuna, pasando por sus intereses,
comportamientos, y análisis que este intrépido gato hace de la familia, sus
visitas, la sociedad japonesa y la misma raza humana.
Personajes
El gato: nuestro personaje principal y narrador, un pequeño
gato nunca bautizado que está en una constante reflexión de los temas más
diversos.
Maestro Kushami: un hombre de una personalidad despreocupada
que puede pasar por un insensible e incluso grosero. Tiene una motivación
constante para iniciar nuevos proyectos pero nunca la constancia para
continuarlos. Se deja llevar constantemente por la influencia de otros para
curar una enfermedad intestinal que lo asola constantemente.
Señora Kushami: la mujer del maestro Kushami, toda un ama de
casa que tiene que conllevar las excentricidades de su esposo, tanto a nivel
económico como emocional.
Meitei: un hombre con una personalidad bastante particular.
Inventa cualquier tipo de historia fuera de lo común y sin sentido, deseando
participar e impresionar en cualquier conversación. Se burla de todos al hacer
creer sus mentiras y busca siempre divertirse al ver las reacciones de los
demás.
Kangetsu: un joven estudiante de ciencias con una
personalidad sencilla pero constante, a tal punto que sus acciones o
conversaciones terminan siendo tanto monótonas como desesperantes.
Toito: un joven enfocado en las artes cuyo mayor amor va
hacia toda inspiración de tipo trascendental siempre y cuando tenga que ver con
estética. Es un escritor aficionado.
Suzuki: un antiguo compañero de maestro Kushami, se
caracteriza por ser un hombre de negocios, el ideal japonés. Carece de
principios morales claros pues lleva acabo aquellas acciones que le convienen.
La familia Kaneda: conformado por padre, madre e hija, son
una familia que vive cerca de la vivienda de maestro Kushami. Gozan de un
estatus económico elevado y, por tanto, reconocimiento social. Arrogantes y
egocéntricos, tienden a perjudicar de una manera u otra a quienes no les rinden
pleitesía
Apreciación personal y crítica
Lo primero en aclarar es que la obra es de comedia, una obra
de humor. Por tanto, los personajes son de características exageradas al igual
que los eventos y acciones. Tenemos, entonces, una obra que adorna de forma
exagerada cualquier elemento posible, desde las reflexiones de los personajes y
sus disertaciones, hasta los rasgos físicos de los mismos. Todo a favor de
darle el ambiente gracioso que debe tener el texto.
El texto es bastante extenso, contando en esta versión en
español con 646 páginas. En ellas se plasma unas críticas a diversos temas,
como el comportamiento humano, la muerte, el sentido de la vida, la perspectiva
económica, etc. Es una amalgama de pensamientos que a veces son centrados y
realistas, como otras irreales y superficiales.
Sin embargo, a pesar de ser una obra ampliamente apreciada
en su tierra natal, en lo personal me pareció tediosa e irritante.
La primera obra de Sōseki
carece, en principio, de un argumento central. Y es que si bien aparece la
reflexión acerca de la realidad, parece más una novela de tipo costumbrista que
está en la cuerda floja entre la modernización y la tradicionalidad. Los
capítulos, si bien pueden ser divertidos, se vuelven monótonos a causa de la
falta de un argumento central que sea el hilo conductor durante toda la novela.
Más allá de la vida de un gato en una familia y las relaciones de esta con sus
conocidos y desconocidos, termina por ser una serie de relatos que incluso se
pueden confundir con cuentos para niños.
Y es que esa fue la mayor decepción
que tuve al leer este libro fu la falta de claridad hacia qué tipo de audiencia
va dirigido. Tal vez sea por mi madurez, si no es que vejez, en la que busco
cierta coherencia clara en el texto respecto para quien es que el autor
escribe, y en este texto se diluye una vez más las líneas de lo infantil, lo
juvenil y lo maduro. No sé si tenga que ver con el hecho de que el libro tiene
ese valor humorístico por el cual se siente una lectura infantil, que contrasta
horriblemente con las profundas críticas sociales y humanas, sin contar con la
vastedad de referencias a escritores y la historia misma del Japón. En realidad
esto me incomodó.
Sin embargo no fue lo único. Las
voces se confunde y la lógica del conocimiento del gato parece poco realista.
Respecto a lo primero, sucede que
si bien el gato es nuestro narrador y nos transmite (eso si te tomas el texto
en serio, lo cual es lo ideal) las diferentes disquisiciones entre los
personajes, muchas veces pareciera que el gato es algo más allá de un simple
observador y relator. Se da la sensación de que el gato es capaz de saber
exactamente qué sienten los personajes e, incluso, se confunde con lo que ellos
mismo sienten. No sé, en este momento, si son problemas de escritura o
deficiencias en la traducción.
Ahora bien, en segundo lugar, el
gato parece tener un conocimiento basto de no solo la historia de Japón, sino
de cultura en general, pero a lo largo del texto no concuerda con cosas
supremamente tradicionales. Por ejemplo, en los últimos capítulos del libro hay
un par de personajes jugando al go,
un juego tradicional de Japón, que tiene cierta similitud con el ajedrez. Sin
embargo las reflexiones acerca del juego y el comportamiento de los humanos y
con el mismo, pasa de ser un análisis falto de un saber acerca de qué es el
juego, a un humor que pasa de lo blanco por lo transparente hasta lo absurdo.
Sé que explayarme en estas
deficiencias del texto pueden ser ofensivos o incluso parecerá a otros
injustificados, pero el texto a mi parecer, y tratando de ser imparcial, le
falta lógica en muchos aspectos. Hay que ser justos y, hasta ahora, de los
cuatro libros que he leído de Sōseki, este ha sido el único que me ha
decepcionado.
Por último solo queda afirmar que
el libro no es recomendable si buscas profundidad y lo considero acertado para
una mente joven que ya tenga cierta paciencia en leer textos, pues la cantidad
de referencias a la historia de Japón y a autores podría hacer la lectura
engorrosa.
Su servidor R31k3
No hay comentarios.:
Publicar un comentario